Aduana informó este martes que las autoridades fronterizas detectaron el traslado de 9.288 botellas de vino de alta gama, en algunos casos con valores de góndola que superan los $20.000. ¿Dónde sucedió? Fue en el norte misionero, en el extremo norte del país. Se presume que iban de contrabando rumbo a Brasil.
“Desde la ciudad de Posadas, firmas de envío de encomiendas pretendían colocar una exorbitante cantidad de botellas de primeras marcas en localidades ubicadas sobre la frontera noreste de nuestro país sin documentación suficiente para respaldar la maniobra. Además, por su precio y cantidad, la mercadería no se correspondía con el nivel de consumo propio de esos lugares”, sostiene Aduana.
El operativo sirvió para el decomiso de diferentes calidades y cantidades de vino:
- 130 cajas de 6 vinos cada una, cuyo precio por botella ronda los $7.000
- 350 cajas de 4 vinos, con un precio por botella de $11.500
- 960 botellas con un valor unitario en torno a los $18.500
Pero no solo se trataba de vinos argentinos: también se incautaron 148 botellas de vino chileno, con un valor de $20.000 por unidad.
“El legítimo ingreso al territorio nacional no pudo ser demostrado, por lo cual se entiende que fueron importadas a la Argentina por la vía del contrabando”, reconocieron.
El valor estimado total de la mercadería incautada asciende a $84.280.000.
MARCAS RECONOCIDAS POR EL PÚBLICO
Entre las botellas se encontraron algunas de marcas que son de aceptado gusto por los consumidores: El Gran Enemigo, Catena Zapata, Angélica Zapata, Familia Millán y Rutini, entre otras.
“Tal nivel de acopio de botellas en puntos fronterizos resulta extremadamente sospechoso, dado que supera ampliamente la capacidad de consumo de localidades como Bernardo de Irigoyen y Puerto Iguazú”, remarcaron las autoridades.
En esa cuenta el cálculo de la Aduana no contempla solamente la cantidad de personas que habitan en los lugares mencionados sino, incluso, el consumo que pudieran realizar turistas brasileños al visitar la Argentina.
“Sin embargo, aun así no resultaba creíble que el stock de botellas apuntara al consumo local —más cuando las etiquetas halladas correspondían a un público de alto poder adquisitivo”, explicaron.
Por eso en la Aduana creen que, en realidad, la intención detrás de las maniobras detectadas era exportar las botellas de contrabando por pasos terrestres no autorizados, para que luego de varios viajes con pequeñas cantidades, cuando los depósitos en tierra brasileña acumularan suficiente mercadería, ésta fuera transportada hacia grandes ciudades como Porto Alegre, Curitiba, Florianópolis, donde su valor puede llegar a cuadruplicarse.
“El mercado de vino en Brasil está creciendo a pasos agigantados y en años recientes se ha consolidado como el país latinoamericano que más vino importa”, aseguraron.