La protección del clima y la reducción de las emisiones de dióxido de carbono desempeñan un papel cada vez más importante en la agricultura y en el que lógicamente la maquinaria agrícola mucho tiene para aportar.
Por eso es que numerosas empresas están desarrollando diferentes tecnologías de propulsión sostenibles.
Es el caso de la multinacional alemana CLAAS, que tiene dos plantas en Argentina –en Florentino Ameghino (Buenos Aires) y en Oncativo (Córdoba)– y que aprobó, a partir del 1° de octubre, el uso de aceites vegetales hidrotratados (HVO) en sus equipos fabricados en dos de sus fábricas de Alemania (Harsewinkel y Le Mans).
“CLAAS estudia detenidamente diferentes tecnologías de propulsión sostenibles. La aprobación de los aceites vegetales hidrotratados (HVO) para todas las máquinas agrícolas que cumplen con la última norma de emisiones (Tier V) marca un paso significativo en esta dirección. Esto significa que en el futuro las máquinas podrán funcionar con este biocombustible líquido sostenible”, indicó la compañía en un comunicado.
MAQUINARIA AGRÍCOLA: POR QUÉ BIOCOMBUSTIBLES Y NO ENERGÍA ELÉCTRICA
En este marco, CLAAS aclaró que, en esta apuesta por ser más sustentables, eligió apostar a los biocombustibles y no a la energía eléctrica, porque por ahora es una opción más real, ya que no existen todavía desarrollos a batería capaces de movilizar a equipos pesados.
“En el futuro inmediato, no existen alternativas reales al motor de combustión para máquinas agrícolas de alto rendimiento. Por lo tanto, necesitamos soluciones que reduzcan las emisiones de combustibles fósiles asociadas con este tipo de propulsión. Los aceites vegetales hidrotratados son una opción ideal porque ya existen y sus impactos ambientales positivos son evidentes de inmediato. A su vez, no tienen efectos adversos significativos en los costos de fabricación, el consumo, el peso y la durabilidad”, precisó Martin von Hoyningen-Huene, vicepresidente ejecutivo de BU Tractor.
Para CLAAS, es necesaria una desfosilización gradual de los procesos de producción agrícola y de la maquinaria agrícola en varios aspectos, y esto determinará el desarrollo de futuros sistemas de propulsión. Sin embargo, esto sólo será viable en la práctica con el respaldo de políticas de apoyo adecuadas.
En ese sentido, si bien la propulsión alimentada por batería ofrece ventajas para motores de baja potencia, esta tecnología alcanza sus límites con el aumento de los requisitos de potencia y energía.
Como ejemplo, citó que una picadora de forraje JAGUAR propulsada por batería debería tener al menos el doble de tamaño y el doble de peso que un modelo actual con motor de combustión y combustible líquido para alcanzar un rendimiento y una autonomía comparables.
“Desde hace tiempo, CLAAS adopta una actitud tecnológica abierta, ya que una desfosilización integral del sector agrícola exige examinar la disponibilidad y la rentabilidad de una amplia gama de soluciones”, añadió Patrick Ahlbrand, CLAAS Product Strategy.
Sin embargo, “en el futuro, los accionamientos alimentados por batería ofrecerán una alternativa adecuada para trabajos municipales, trabajos de campo ligeros y aplicaciones en el campo y sus alrededores. Sin embargo, para las cosechadoras y los grandes tractores de más de 150 CV, no existe una alternativa realista a los combustibles líquidos sostenibles a largo plazo”, completó.
QUÉ ES EL HVO
El HVO se compone principalmente de desechos y residuos, incluidos aceite de cocina usado y grasas animales, además de aceites vegetales.
En los procesos de producción posteriores, las materias primas biogénicas se convierten en hidrocarburos mediante una reacción con una pequeña cantidad de hidrógeno (hidrogenación).
Este proceso modifica las características de los aceites vegetales para asemejarlos a los combustibles fósiles, lo que les permite ser utilizados como sustituto del diésel en máquinas de trabajo móviles.
En muchos países, el combustible ya está ampliamente disponible en las estaciones de servicio, ya sea en forma de HVO100 puro o mezclado con combustible diésel convencional.
Por el contrario, en algunos países el HVO100 sólo puede venderse a través de grupos cerrados de usuarios, como las estaciones de servicio de empresas. Sin embargo, los esfuerzos internacionales indican que el HVO100 pronto estará disponible a nivel transnacional bajo la norma de combustible DIN EN 15940 (combustible diesel parafínico procedente de síntesis o hidrotratamiento).
¿CUÁNTO SE AHORRA EN EMISIONES DE C02 CON EL HVO?
Como se mencionó, a partir del 1° de octubre de 2023, los tractores y cosechadoras CLAAS de Harsewinkel y Le Mans que cumplan con la última norma de emisiones Tier V podrán utilizarse con HVO (aceite vegetal hidrotratado).
Además, antes de salir de fábrica, todas las máquinas se llenarán con este combustible, que es hasta un 90% neutro desde el punto de vista climático.
Esta medida, calculan desde CLAAS, ahorrará 2.500 toneladas de CO2 al año, lo que permitirá a ambas fábricas contribuir activamente a la lucha contra el cambio climático en forma inmediata.
LAS VENTAJAS DEL HVO
Además, subrayaron que el uso de HVO ofrece varias ventajas en comparación con otras tecnologías y combustibles. Por ejemplo, que no es necesario actualizar ni reemplazar las máquinas Tier V: pueden llenarse simplemente con HVO y utilizarse exactamente como antes, incluso con diésel, sin restricciones.
Al mismo tiempo, los tanques de combustible agrícolas existentes se pueden seguir utilizando sin necesidad de modificaciones.
Con características de combustible comparables a las de los combustibles fósiles, no se producen pérdidas apreciables en términos de rendimiento, vida útil, desgaste o durabilidad. El HVO se puede utilizar en su forma pura (HVO100) o como combustible mezclado en cualquier proporción con diésel convencional.
Cuando se utiliza HVO100, las emisiones de CO2 se pueden reducir hasta un 90 % durante todo el ciclo de vida en comparación con el diésel fósil. Al mismo tiempo, durante la combustión se emiten menos óxidos de nitrógeno y partículas.
Además, como el combustible se fabrica principalmente a partir de desechos y residuos, no es necesario producir aceites vegetales adicionales, lo que minimiza la competencia con los alimentos.