En estos momentos está transcurriendo una de las operaciones de mayor demanda de energía como es la cosecha y transporte de granos de los principales cultivos en nuestro país. Cualquier falla en los sistemas de alimentación de las cosechadoras ocasionan graves trastornos dado lo limitado del parque de máquinas disponibles y la acumulación y superposición de trabajo que ocurre en esta época. Las horas perdidas pueden significar la no recolección de un cultivo por falta de piso, el deterioro con implicancias desde el punto de vista de la calidad del producto o el incremento de las pérdidas de cosecha por excesiva velocidad de trabajo. Los relevamientos realizados a través del proyecto Protrac del INTA arrojaron como resultado que solamente el 57% de los productores de la Zona Norte de Buenos Aires llevaban registros y control del combustible. Las compañías petroleras adoptan rigurosas normas para lograr en sus destilerías productos libres de impurezas. Este cuidado se mantiene en la red de distribución y comercialización minimizando las posibles contaminaciones. Las impurezas aparecen a raíz de una mala recepción, un incorrecto almacenamiento o un manejo inadecuado en el campo. Dentro de estas impurezas las partículas de tierra fina (arcillas) y el agua son las más peligrosas. El agua se incorpora de dos formas que denominaremos externa e interna. La externa penetra directamente en el recipiente o tanque por filtraciones o acumulación del agua de lluvia sobre las bocas de carga. Durante los períodos de calor particularmente si los recipientes están sometidos durante varias horas al sol el aire interno se dilata y sale del recipiente, al bajar la temperatura se contrae incorporando el aire externo junto con el agua que se acumuló arriba. Esta forma de contaminación puede ser evitada inclinando levemente el recipiente y ubicando las tapas fuera de la zona de acumulación del agua. La contaminación interna se produce al condensarse la humedad del aire que se encuentra dentro de los tanques de almacenamiento al enfriarse durante la noche. Podemos evitar o minimizar esta condensación llenándolos antes de la noche y protegiéndolos, evitando que estén sometidos a fuertes cambios de temperatura.
Jorge Hilbert – Especial para Infocampo
