Los precios del maíz cerraron el mes de mayo con ganancias próximas a 20%, en el mercado mundial de referencia. De esta forma, apuntaron uno de los mayores avances mensuales de los últimos años. La recuperación encontró impulsos en un giro en las perspectivas productivas de EE.UU. El magro avance registrado en las tareas de siembra y los excesos hídricos estarían poniendo en duda el potencial productivo. Los valores se ajustaron y, tras promediar 145 U$S/tn durante los primeros 4 meses de 2019, finalizaron mayo en torno a 170 U$S/tn. En Argentina, los precios locales ganaron cerca de 20 U$S/tn, en el mes.
A lo largo de mayo, tuvo lugar un fuerte cambio en las expectativas. Frente a un escenario donde la nueva campaña americana apuntaba a destacarse por un aumento de área (a 37,5mill. has.) y un considerable aporte productivo (381mill. tn.), el predominio de condiciones climáticas desfavorables impuso fuertes demoras en el avance de la siembra y diluyó las buenas perspectivas.
El inicio de la primavera resultó excesivamente húmedo en el país del norte, con holgados volúmenes de precipitaciones, los cuales que generaron inundaciones y anegamientos generalizados en los principales estados productores. Esto condicionó el avance de las máquinas sobre los campos, limitando la siembra al 58% del área intencionada, hacia la última semana de mayo. La complejidad de esta coyuntura cobra magnitud al comprarla con el registro promedio de las últimas campañas, el cual se ubicó en 90% para la misma época del año. Así, se estaría apuntando el mayor retraso registrado en la última década. Particular preocupación despierta Illinois, el segundo estado productor del país del norte, donde solo se habría logrado sembrar el 35%. La ventana óptima de siembra comienza a cerrarse y crece especulación sobre una caída de área o una disminución en el potencial de rindes.
Paralelamente al deterioro del escenario productivo, la recuperación de precios encontró impulsos en el accionar de los fondos especulativos. Estos actores del mercado mantenían una apuesta bajista histórica, pero fueron impulsados a cubrir los cortos ante el cambio de expectativas, adicionando combustible a las subas. Así, según datos oficiales, recortaron la posición vendida neta de 327.000 (al 30/04) a 25.000 contratos (al 28/05).
Al cierre de mayo, el mercado quedó cubierto por un gran manto de incertidumbre dado que, más allá del clima, el resultado productivo de la nueva campaña permanece atado a la decisión que tomen los productores, respecto al área que aún resta por implantar. Entre las alternativas posibles aparecen la posibilidad de no sembrar (y reclamar el pago del seguro), hacerlo fuera de la ventana óptima o traspasar área a soja. Cada una de estas opciones aportará distintos resultados económicos a los farmers. Ahora bien, la ausencia de claridad en torno a los incentivos que guiarán dicha decisión continúa arrojando fuertes dudas sobre la superficie que será cubierta. A todo esto, se sumó un anuncio de programa de subsidios con detalles que no fueron especificados y tampoco vislumbran un claro panorama de ingresos por esta vía.
En lo inmediato, la atención permanecerá focalizada en los reportes semanales de avance de tareas (que publica el USDA, los lunes al cierre del mercado) y las actualizaciones de los pronósticos climáticos. Sobre esto último, los mapas apuntan a mantener el patrón reciente, de acaudaladas precipitaciones sobre el Medio Oeste americano.
En tanto, pasando al mercado local, los precios copiaron gran parte de los movimientos externos y apuntaron una marcada recuperación, en el marco de una cosecha récord (pronosticada en 48 mill. tn.).
De esta forma, los valores disponibles llegaron a superar los 150 U$S/tn. Este comportamiento, además, encontró apoyo en el dinamismo mantenido por el sector exportador.
¿Qué podemos esperar en el corto plazo?
El rally externo, vinculado a las complicaciones que sufre EE.UU., podría profundizarse, pero habrá que esperar unas semanas hasta que el mercado logre contar con un panorama más claro sobre el hectareaje sembrado. Con una idea más certera sobre esta variable, los agentes podrían comenzar a estimar un posible valor para el techo productivo y ajustar posiciones de cara a los nuevos escenarios. Por otra parte, debe considerarse que ya se habría extinguido el potencial adicional de suba aportado por los fondos.
En el plano local, los precios podrían encontrar nuevo respaldo en el devenir externo. Pero, a la vez, debe ponderarse el inminente ingreso de la cosecha de segunda en Sudamérica. El aporte conjunto entre Argentina y Brasil, para los próximos meses, se ubicaría en torno a 95mill .tn., condicionando nuevas subas. Ante este escenario, resultará crucial seguir de cerca, en el día a día, las condiciones vigentes en el mercado, para poder cerrar precios atractivos en el momento oportuno.
Lic. Ariel R. Tejera
Responsable Dpto. de Análisis de Mercados
Grassi S.A.
www.grassisa.com.ar