Fueron días clave para la definición del rendimiento de maíz con la llegada de últimas precipitaciones.
De acuerdo a un informe técnico de la Bolsa de Comercio de Rosario, en ese momento (del 8 al 12 de enero) se produjo un “punto de giro” para la campaña maicera.
El trabajo apunta que, sin estas precipitaciones, la caída del rinde nacional hubiera sido más abrupta, del orden de las 1,2 millones de toneladas. Así y todo, la merma del rendimiento parece inevitable.
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Con este relativo cambio de escenario productivo, la Bolsa, en función del seguimiento productivo que lleva en la zona centro, reajusta la estimación de rinde a 75,5 quintales por hectárea, un quintal por debajo del promedio de los últimos cinco años. También proyecta que el área comercial cosechada será de 6,1 millones de hectáreas.
Uniendo ambos cifras, área con producción, augura sobre la condición del cultivo una producción de 46 millones de toneladas. Se trataría de la segunda mejor marca productiva, quedando un 10,6% por debajo del récord del 2018/19 y de la 2019/20, ambas con 51,5 millones de toneladas.
Sin embargo, la entidad deja planteado el interrogante que “las próximas tres semanas son muy importantes”. Con las condiciones medio ambientales de los próximos meses para las siembras tardías, se determinarían los ajustes sobre las cifras de rinde y producción final.