En un desayuno de trabajo, los representantes de la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) y de la Asociación Argentina de Protección de las Obtenciones Vegetales (ARPOV), sentaron posición al apoyar “un sistema que se base y fundamente en el uso de semilla fiscalizada y el pago de la tecnología en semillas”.
En la actualidad, sólo el 20 por ciento de la semilla que se usa en la Argentina es certificada, “del resto, un 40 por ciento se considera de uso propio y otro 40 por ciento es bolsa blanca”, cuantificó el director ejecutivo de ASA, Adolfo Mac.
En soja, el 20 por ciento de semilla fiscalizada se mantiene, pero la ilegal trepa al 50 por ciento, mientras que el uso propio se sitúa en el 30 por ciento, agregó.
En semillas autógamas, el mercado potencial es de 13 millones de bolsas de trigo, lo que representa unos u$s100 M y de 22 millones de bolsas de soja, por otros u$s 500 M, “por lo que estamos hablando de un mercado potencial de u$s600 M”, enfatizó el directivo.
Si el mercado fuera ordenado, “estas cifras son tan interesantes que muchas empresas vendrían a invertir”, resaltó Mac, para inmediatamente agregar que lamentablemente, de las 13 millones de bolsas de trigo, “hay apenas 3,5 millones fiscalizadas”.
Según cálculos de ASA y ARPOV, en 2003, el mercado de semilla de soja tenía un 14% fiscalizada, en comparación con las 18.352.500 bolsas que no aportaron al sistema, calculando una superficie sembrada de 14.235.000 hectáreas.
En trigo, para el mismo año, el 23% de la semilla fue fiscalizada, contra las 9.272.000 bolsas que no aportaron al sistema, sobre un cálculo de 6.036.000 hectáreas cubiertas con el cereal.
En el encuentro con la prensa, Mac también lamentó la demora en las definiciones y aclaró que “no estamos trabajando al ritmo del año pasado, estamos sufriendo un año electoral y las decisiones son difíciles”.
Además, el ejecutivo reiteró la necesidad de contar con un “cuadro directivo normalizado” en el Instituto Nacional de Semillas (INASE), después de que en noviembre de 2003 se restituyera el organismo.
Por otra parte, Mac se refirió a Monsanto y aseguró que la empresa “nos dice que adheriría a este sistema (de semilla fiscalizada) en la medida que esté implementado y dejaría de pretender cobrar en grano”.
Según el directivo, la multinacional “está esperando que esto funcione para desestimar su propia estrategia”.
La empresa de origen estadounidense ya envió cartas a los exportadores argentinos y a los importadores del producto en Europa, donde desde la semana pasada posee patente sobre la soja RR, advirtiéndoles sobre su intención de cobro de 15 dólares por tonelada de la oleaginosa procedente de la Argentina.
De prosperar esta iniciativa de Monsanto, “desde ASA y ARPOV no tomaremos ninguna actitud porque la empresa ejecutaría los pasos que viene anunciando”, aclaró Mac
De todas formas, el ejecutivo de ASA aseguró que la empresa “sigue trabajando en el día a día con nuestro proyecto”, aunque “nosotros no creemos que el sistema de cobranza en grano sea el mejor”.
Originalmente, las agrupaciones semilleras “pensamos en un sistema de regalía global, que tendría un cobro inmediato, pero lo fuimos repensando hasta llegar al de la semilla fiscalizada, porque la semilla es la originaria y esencia del pago de las regalías”, recordó Mac.
Al consultarle sobre el proyecto impulsado por el secretario de Agricultura, Miguel Campos, el ejecutivo remarcó que “no hay coincidencia en los tiempos”, además, “con este marco de situación, no hay incentivo para la investigación y en la actualidad ya no tenemos acceso a lo último en tecnología”, se lamentó.
A pesar de estas diferencias, Mac aseguró que el consenso entre semilleros, entidades y la Secretaría “es muy grande, pero en la Argentina el control de las cosas no es sencillo y tampoco muy agradable para los votantes”.
Hasta que se arribe a una solución definitiva, los semilleros decidieron seguir trabajando en un sistema de acuerdo privado de regalías extendidas.
Regalías extendidas
En el sistema de regalías extendidas “se hace un lanzamiento al mercado de ofertas públicas, el productor compra las semillas y cuando cosecha le informa al semillero cuánto se reserva de uso propio y paga la regalía correspondiente a esto que se guarda, según el valor de la regalía publicado en la oferta y que regirá durante los 20 años que dura la patente”, explicó Mac.
En este sistema implementado desde hace 7 años por los semilleros convergen en la actualidad más de 15 mil productores, 14 criaderos y cerca de 70 variedades, lo que representa “el 30 por ciento de la superficie triguera y el 40 por ciento de la de soja”.
De prosperar el sistema de regalías globales impulsado por Campos, Mac garantizó que aquellos productores que están incluídos en este sistema de regalías extendidas “no deberán pagar doblemente”.
Finalmente, el ejecutivo recordó que la propuesta de ASA y Arpov exceptuaría por uso propio al 50 por ciento de los productores, que representarían entre un 15 y un 20 por ciento de la superficie implantada con soja.
Marianela Garbini
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