La Argentina es un excelente espacio como lugar de lanzamiento y desarrollo de una agtech, debido, principalmente, a que el agro es el motor de la economía del país y la tecnología en este sector es un área que no tiene techo.
En ese contexto, Varina Baldi, CEO de Magoya, una agtech que desarrolla productos de software para empresas del agro, aseguró que su emprendimiento se destaca por su enfoque de servicio.
“No tenemos una solución única, nuestro objetivo es colaborar con otros en el armado de sus productos trayendo nuestro expertise de agro, producto y tecnología. Y lo hacemos principalmente desde Argentina, para Argentina, Brasil y Estados Unidos, para nombrar donde tenemos mayor presencia, pero cubrimos otras regiones también”, explicó la entrevistada en diálogo con Infocampo.
-¿Qué diferencia existe entre un desarrollador de software o un desarrollador de un producto determinado?
-El desarrollador de software es lo que más se conoce como un software factory, es el servicio de desarrollar para otros como servicio. En cambio, hacer un producto determinado va mucho más allá del desarrollo, lo incluye y es parte fundamental, pero desarrollar un producto implica mucho más. Implica profundizar en qué se pretende solucionar en los usuarios en la creación inicial y sobre todo, escuchando y aprendiendo de su feedback para evolucionar en el tiempo. Además, involucra muchos más roles en el equipo de trabajo.
-¿Qué características debe tener un buen producto de tecnología?
-Para mí, un producto de tecnología no se convierte en tal hasta que no lo adoptan los usuarios. Tiene que entregar valor para que sea productivo. Esa es la razón por la cual nos gusta decir que nos dedicamos a desarrollar productos de software para el agro, justamente por eso, porque tenemos una visión mucho más abarcativa y con foco en solucionar problemas con tecnología, es mucho más que el foco en la tecnología por la tecnología misma.
-¿Desarrollar productos para agro tiene más complejidad que hacerlo con otros sectores?
– No necesariamente, pero sí o sí necesitas el rol del experto en la vertical. Trabajamos con Product Managers, con diseñadores de UX/UI, que serían de User Interface y User Experience, o sea, la experiencia del usuario y el diseño de eso, con desarrolladores y otros roles, pero un rol clave es el de los “expertos de agro” que trabaja junto con el equipo de producto y tecnología para crear soluciones que tengan sentido. Creemos que en nuestro sector es fundamental trabajar en equipo, y no solo dentro de nuestra empresa sino sumando a todos los actores de la cadena. Cuanto más juntos trabajemos, mejores serán las soluciones.
CÓMO NACE MAGOYA
No existen controversias sobre la relación de hermandad que llevan adelante el campo y la tecnología. El agro siempre adoptó tecnología rapidísimo cuando probó su valor. Bajo ese sustento, surge esta agtech que busca desarrollar productos de software para empresas del agro.
Para la fundadora de Magoya, nuestro país en un lugar muy atractivo para emprender sobre desarrollos de tecnologías y más aún mirando a la industria y al sector agro.
“Hay mucho espacio en la industria del agro en lo que respecta a soluciones de negocios. Nuestra intención es colaborar activamente en la creación de productos que resuelvan problemas reales del negocio a lo largo de toda la cadena productiva”, explica la referente.
-¿Cómo nace este emprendimiento innovador en la Argentina?
– Se fundó a fines de 2017 y ahora cuenta con unos 40 colaboradores distribuidos en Argentina, Brasil y Estados Unidos. La iniciamos con Leonardo Dopacio, que se desempeña como CFO y nuestro objetivo, desde un inicio, fue el de brindar soluciones tecnológicas de calidad a la cadena del agro, desde Argentina para el mundo y distintivamente, haciéndolo como un servicio para otras y con otras compañías.
-¿Cuál es el desafío primordial que se les presenta como agtech?
– El gran desafío y la oportunidad, es trabajar mucho más en conjunto como agtechs y como industria toda para lograr mayor adopción de las soluciones. Darnos cuenta que necesitamos accionar de manera conjunta y que cada uno aporte su experiencia para que las soluciones sean realmente escalables y grandes.
-¿Cómo se desarrolla una solución en los laboratorios de Magoya?
– Escuchamos el problema y a partir de ahí, entendemos y diseñamos juntos el producto para el target y problema que se quiera resolver. Y es en esa ideación donde siempre buscamos incluir soluciones que ya existen para, como decíamos antes, valernos del experto de un problema y para ayudar a escalar esa solución también pero de manera integrada. Buscamos integrar y desarrollar aquello que sea necesario para que haya una solución integral para el usuario final y para la empresa que lo solicita.
-¿Viendo el nivel de tecnología que existe en el mundo, qué piensa de la Argentina?
– Soy una gran defensora de la Argentina. Creo que nuestras complicaciones como país nos hacen más resilientes, más creativos. No me van a escuchar nunca quejarme de la Argentina, al contrario, creo que también tenemos grandes oportunidades por lo que nos pasa. Pero además, en materia de industria del conocimiento no tenemos que envidiarle nada a nadie, tenemos muy buen talento y debemos protegerlo.
LA ACTUALIDAD EXIGE CONOCIMIENTO
Para Varina, hay muchas herramientas que ya han recorrido un largo camino de aprendizaje, por eso siempre “promovemos la integración”.
“Hay muchas soluciones que resuelven determinadas problemáticas en particular, pero no resuelven de forma integral lo que el usuario busca o necesita. El sector del agro está muy ávido de tomarlo, pero necesitan que sea más fácil verle el valor, que duela menos usar la tecnología, que todo fluya más como pasa en otras verticales donde cada uno de nosotros interactuamos”, indicó convencida la emprendedora.
Para eso indicó que les hace falta madurar como ecosistema y “conectarnos más, avanzar sobre lo que ya hay. Ya hay un cambio de paradigma donde todos ya empezamos a hablar de los mismo, tenemos que llevarlo más a la acción aún”, reflexionó.
Y ahí es donde –insistió- “nosotros como Magoya nos vemos con un rol importante de integradores, porque es la naturaleza de nuestra visión y de nuestro negocio. Si hacemos bien lo que nos propusimos como empresa, podemos ayudar a muchos”.
-¿Ves a los productores involucrados cada día más en estos conceptos?
-Totalmente. Y especialmente en Argentina. Es una gran oportunidad que, especialmente los productores más grandes, tengan la visión de involucrarse en el desarrollo de las soluciones.
-¿Cómo analizas el nivel de emprendedurismo que existe en nuestro país?
-Creo que está en nuestra idiosincrasia. Muchas veces nuestro contexto nos obliga a emprender y por esa razón muchos jóvenes se suman a proyectos inteligentes que forman parte de la industria del conocimiento. No hay dudas que es esta una de las mayores virtudes que tiene nuestro país y nos va a ayudar a salir adelante siempre.
-¿Es un cambio de paradigma el de comenzar a trabajar el conjunto y dejar de lado el “unipersonalismo”?
-Sí, basta de hacerlo solos, sentémonos y construyamos en conjunto. Productores, empresas globales, empresas pequeñas, Agtechs, Venture capitals, entre otros. Juntémonos todos los que estamos haciendo esto y encarémoslo de otra manera. Es tiempo de emprender de manera mancomunada, y si se te ocurre una idea nueva, hacela arriba de otra que exista. Y si tenés ganas de invertir en tecnología en el agro, en lugar de empezar una nueva, fíjate a quien podés apoyar. Hoy no sacaría una nueva propuesta al mercado si no está conectada con otras.