Las exportaciones argentinas de carne vacuna en el primer semestre del 2004 crecieron un 53% respecto de igual período del año pasado, según los cálculos del Senasa. Fueron casi 250.000 toneladas de las cuales, los cortes Hilton (las carnes de alta calidad) sumaron 17.960 toneladas.
Y hay más. La apertura de nuevos mercados es una buena noticia, aunque cruce de preocupación a todos los protagonistas del negocio ganadero argentino.
En sus salidas al exterior, la primera inquietud con que son recibidos los exportadores locales es acerca de la seriedad que tendrán los acuerdos que se firmen. La imagen de una Argentina defaulteada y con antecedentes sanitarios en contra (todos recuerdan el affaire aftosa) son una espada de Damócles para el negocio.
Para muestra basta un botón. Miércoles al mediodía en Santiago de Chile. Hasta allí llegó una delegación convocada por el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA) junto a representantes de 20 empresas argentinos (productores, frigoríficos, exportadores, etc.) para establecer una vez más, una cabecera de playa en un mercado que importó en el 2003 alrededor de 120.000 toneladas de carne/año, a un valor de 2.000 dólares/t y en el cual la Argentina llegó a tener el 70% del mercado, es decir, unos 90 M de dólares. “Hoy no sé si llegaremos al 20%”, decía Alberto Lasmartres, dirigente de la SRA.
El también productor ganadero y que está incursionando en carnicerías boutique en Madrid y en Santiago de Chile le explicó a Infocampo que “debemos hacer docencia. En Chile, por ejemplo, exigen carne con muy poca grasa, llegando al absurdo de desestimar algunos cortes nuestros por… hamburguesas. Pero cuando hablan de exportar se desesperan por entrar en el mercado japonés. Y allí los consumidores piden los cortes con veteado (grasa) intramuscular”.
El evento que contó con la asistencia de más de 250 empresarios se realizó en la residencia del embajador argentino Carlos Abihaggle, quien explicó la seducción de los tres productos que identifican a la Argentina en el mundo y que pueden hacer sinergia para recuperar posiciones: “El tango, las carnes y el vino. Es incuestionable el fervor que despierta el tango entre los chilenos. Hay que ser inteligentes y usarlo como argumento de ventas”.
Hoy ese espacio está ocupado por los envíos brasileños. Y Paraguay también está dispuesto a morder algo de la torta.
Por eso, Claudio Sabsay, subsecretario de Política Agropecuaria y Alimentos, dio el mensaje que todos los exportadores argentinos querían que sus clientes escucharan: “La Argentina vino para quedarse. Y respecto de la estrategia para el control de fiebre aftosa estamos dispuestos a seguir vacunando por mucho tiempo. La decisión política del gobierno es ayudar al sector privado”.
El presidente del IPCVA, Arturo Llavallol destacó la importancia de este mercado: “Para la industria es importante porque se integra a la res. Aquellos cortes que no se pueden ubicar en la Unión Europea, aquí son demandados. Debemos diferenciar nuestra carne, por calidad, y así entrar en más mercados”.
El evento se realizó en plena época de compra de carne por parte de los trasandinos. Se avecinan las fiestas patrias en Chile y aumenta la demanda de carne que hoy se ubica en torno de los 22-23 kg/año.
Los empresarios argentinos tienen por delante un escenario que les augura la posibilidad de hacer más y mejores negocios. Los especialistas están trabajando para mejorar el paquete tecnológico (ver recuadro).
El gobierno, por su parte, está apoyando esta movida. Por eso vale la pregunta, ¿lo haremos bien esta vez?
El replanteo de la tecnología
“Es de prever que con el desarrollo tecnológico en mente se deban realizar consideraciones acerca del destino ganadero dentro de las empresas”, advirtió el ingeniero agrónomo Juan Elizalde -de la Unidad Integrada e INTA Balcarce- en el marco del XII Congreso de Aapresid, y aseguró que “se prevé el desarrollo y oferta de una gran de tecnología derivada de la aplicación del conocimiento científico generado en relación con la codificación de los procesos biológicos (genética) y su modificación, de la aplicación de dicha información con fines productivos (manejo y beneficio económico para el empresario) y del resultado económico de la actividad (información). Mucha de la oferta tecnológica será operada a través de compañías dedicadas al uso comercial del conocimiento derivado de la investigación básica (información registrable y patentable)”.
Elizalde remarcó, además, que será necesario que los actores de este escenario deban adquirir educación y perfeccionamiento en aquellos aspectos relacionados con el manejo y control empresarial.
Daniel Díaz
ddiaz@infobae.com
Enviado especial a Chile