La cadena de ganados y carnes comenzó a cerrar un año de contrastes, en donde si bien finalmente se puso en marcha la recomposición de precios en la hacienda, la rentabilidad para el negocio no termina de mejorar.
Según explicaron desde el mercado ganadero de Rosario (Rosgan), la estabilidad macroeconómica en los últimos meses permitió al sector productivo trabajar con mayor previsibilidad.
El 2024 estuvo marcado por grandes cambios en materia de política económica, que abrieron un período de readecuación de precios -aún vigente- el cual se está dando en forma gradual y a distintos ritmos.
“Esto genera ciertos desacoples temporales entre el ritmo de ajuste de una diversidad de costos, insumos o tarifas que en ocasiones no se correlacionan con los movimientos de valores que puede soportar el producto final, frente a una demanda que también se encuentra fuertemente afectada por este contexto”, analizaron.
En el caso puntual de este sector, los precios de la carne al mostrador registraron un aumento del 126% en los últimos 12 meses, mientras que la inflación interanual alcanzó el 166% en noviembre.
En este contexto, el consumo de carne vacuna cayó por debajo de los 47 kilos por habitante/año, una reducción de casi siete kilos respecto al año anterior.
Noviembre, una bisagra para la carne: se aceleraron las subas de la hacienda y en los mostradores
En un negocio con una fuerte presencia del mercado interno -absorbe el 70% de la producción total de carne- la debilidad del consumidor local condicionó el ajuste de precios de la hacienda en pie. El precio del novillito aumentó un 117% en el último año.
Durante el último mes, estas cotizaciones mostraron un incremento del 9% en comparación con octubre y acumulan otro 10% adicional durante diciembre, pero siguen retrasados en comparación a la inflación acumulada.
HACIENDA: LOS NÚMEROS DEL NEGOCIO
En las últimas semanas, la mejora en el precio de la hacienda de consumo permitió -de manera parcial- comenzar a recomponer los márgenes negativos en la invernada de base pastoril.
El dato a tener en cuenta es que esta suba no tendría un impacto significativo en los resultados anuales de los feedlots, debido a que se produce en una etapa de vaciado de corrales.
El precio del ternero, principal insumo de la cría para el engorde, permaneció retrasado durante gran parte del año. A partir de octubre, en línea con una menor oferta estacional, los valores comenzaron a aumentar, acercándose a los promedios históricos.
Según los registros de Rosgan, el precio del ternero en diciembre alcanzó $3.066,83 un incremento del 4% respecto al promedio del periodo 2012-2023.
En el caso de las categorías de consumo, las recientes mejoras no lograron superar los promedios históricos. Durante los últimos tres meses, el precio del ternero subió un 20%, mientras que el consumo aumentó un 17%. Esto generó un deterioro en la relación compra-venta para los engordadores, pero suele ser una situación frecuente en el último tramo del año.
UN BALANCE CON EL VASO MEDIO LLENO
En base a datos propios y de la Secretaría de Agricultura, el Rosgan consideró que todas las actividades ganaderas -desde la cría e invernada hasta el engorde, en sus diferentes esquemas- están trabajando con márgenes brutos inferiores a los obtenidos un año atrás.
En el caso de la cría, la caída en los precios fue del 16% en la comparativa interanual, pero ligeramente superior al promedio de la serie histórica. Para esto, ayudó la mejora relativa del precio del ternero en los últimos meses, así como el recupero logrado con la vaca de descarte
Por el lado de un planteo de ciclo completo, los números son más modestos. A diferencia de la cría, presentó números que resultan casi un 30% inferiores a los obtenidos para el mismo período de 2023.
En invernada, los márgenes son más ajustados por el encarecimiento del ternero en relación al gordo. Por último, durante el último trimestre, tanto el modelo de feedlot tradicional como un planteo de recría a campo con terminación a corral, continuaron empeorando sus márgenes negativos tal como han estado registrando durante la segunda mitad del año.
“En materia de márgenes, las distintas actividades ganaderas estarían cerrando el año en una situación algo menos desfavorable a la observada en los últimos meses tras esta incipiente recuperación de valores de la hacienda, con costos que comienzan a estabilizarse a medida que cede la inflación y se reducen las correcciones por tarifas e insumos que venían retrasados”, consideraron.
De esta manera y si bien el 2025 comenzará en un contexto mucho más saneado desde lo macro, sin duda plantea un escenario de márgenes ajustados, con costos laborales e impositivos aún muy elevados.
Este escenario -entendieron desde la entidad rosarina- obligará a las empresas ganaderas a estar sumamente enfocadas en administración de los costos internos y trabajar para alcanzar un nivel de eficiencia productiva y financiera que les permita crecer en volumen, sin resignar rentabilidad.