Más allá del buen desempeño del maíz, que tiene todos los números para cerrar una campaña 2023/24 récord, cuando se recorren los lotes del cereal en todo el país se empiezan a conocer historias vinculadas a agricultores que lograron sortear problemas.
Es el caso de Sergio Gianfelici, un productor de Coronel Arnold, en el sur de Santa Fe. Según recordó, a mediados de septiembre sembró maíz y el cultivo tuvo un comienzo auspicioso. Pero a solo 20 días de nacido, en la zona hubo una lluvia abundante y ahí fue cuando empezaron los problemas de fitotoxicida.
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Desde el punto de vista técnico, se trata del daño que puede causar un herbicida en un cultivo, ya sea aplicado en el barbecho químico o bien para controlar malezas con el cultivo ya implantado o emergido.
Según explicó Franco Herranz, desarrollador de mercado de UPL Argentina para el sur de Santa Fe, este efecto adverso no se debe a una sola causa sino a varios factores, como tipo de suelos, materia orgánica, textura de suelo, precipitaciones y temperatura, entre otros.
“Cuando llegamos al lote, hicimos un diagnóstico y vimos plantas con clorosis internerval, necrosis en el borde de las hojas y también muerte de plántulas”, recordó Herranz.
Y agregó: “El problema era producto de la fitotoxicidad generada por herbicidas residuales en suelo, sumado a las bajas temperaturas que se registraron durante el inicio del cultivo de maíz”.
UNA SOLUCIÓN PARA ESTE IMPACTO NEGATIVO
Para el técnico de UPL, este combo ocasionó “una baja tasa de detoxificación por parte de las plantas a los herbicidas y afectó severamente al lote”. Para revertir estas secuelas, Herranz recomendó al productor la aplicación de Biotron Plus, a razón de dos litros por hectárea.
Biotron es una herramienta biológica, que permite recuperar cultivos afectados por estrés biótico o abiótico, como déficit hídrico, fitotoxicidad por causa de herbicidas, daños por heladas o granizos. Su formulación contiene folcisteína, un antioxidante natural que estimula mecanismos de defensa de las plantas.
Además, posee ácidos húmicos, que favorecen una mayor asimilación de macro y micro nutrientes. “Estos aportan un shock nutricional que permite reactivar el metabolismo del cultivo”, explicó Herranz. A diez días de aplicar este bioestimulante, el lote prácticamente se recuperó en su totalidad y casi no hubo pérdidas de plantas.