La evolución de la agricultura en el estado de Mato Grosso es descripta por cinco estadios: a) la economía de subsistencia; b) la producción primaria; c) la radicación de industrias de valor agregado; d) la diversificación industrial más allá de los productos agrícolas; e) las actividades exportadoras.
Según Daryll Ray, profesor de la U. de Tennessee, hoy ese estado que tiene el mayor potencial de crecimiento agrícola del Brasil, se encuentra en la tercera etapa, con plantas de crushing de soja como las de ADM o de biodiésel como la de José Feltrin.
En ese estado emblemático, entre 1990 y 2004 la superficie agrícola se cuadruplicó mientras que la producción se multiplicó por seis. El 60% de los productos del complejo sojero del Mato Grosso se están exportando. En total, ese estado pasó de exportar por u$s 224 millones en 1991 a u$s 4.200 millones en 2005.
Pero el gran potencial no está en las 8,5 millones de hectáreas en producción agrícola, sino en las casi 90 millones que podría incorporar, según los datos a los que accedió Ray. Esa superficie de reserva, que tiene en cuenta la reserva de bosques nativos y áreas de monte natural, iguala a toda la superficie agrícola de los EE.UU. y no considera lo que otros estados brasileños pueden sumar.
Sin embargo, la parte de infraestructura presenta déficit que afectan la competividad de la actividad. Ray señala que hoy tienen apenas unos pocos miles de kilómetros más que hace 80 años. La inversión declinó y las máquinas tienen un promedio de antigüedad de 17,5 años, mientras que las vías se encuentran en mal estado.
Otro aspecto que destaca el profesor es que las aceiteras suelen tomar la energía no del gas o el petróleo, sino de la leña, como la de ADM en Rondonopolis.
