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Los costos productivos, en el debate

Desde Facma calculan un aumento del 8% en los valores orientativos de los labores, aunque los contratistas aseguran que están brindando servicios a cifras mucho más bajas. Infocampo habló con representantes del sector.

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El campo argentino está inmerso en un contexto que a la vista luce desfavorable para algunos de sus actores. Los productores enfrentan la suba de los costos de producción, lo que desemboca en una disminución de la rentabilidad de los cultivos. A su vez, intentan por todas las vías reducir el gasto, y eso involucra a los contratistas rurales.

“El problema en sí es el momento en general. Los costos están altos en todo sentido”, describe a Infocampo Alejandro Sánchez, miembro de la firma Rivara SA, que administra campos en la zona de Alberti, en el centro/ norte bonaerense.

“Los cultivos más caros son el maíz y el trigo, por lo que necesitan de insumos”, dice Sánchez, quien afirma que los altos costos no se dan por un aumento en los valores del fertilizante, por ejemplo, sino que “lo que varió es el costo de los commodities. Hoy te sale un 20% más en relación a kilos de cereal. Necesitás muchos más kilos para salir hecho”.

Para Sánchez, la siembra en esta campaña de fina “es rentable siempre y cuando el productor acomode los alquileres. Las dos variables que maneja son el alquiler o cambiar de cultivo. Hoy, para la fina en campo alquilado tenés que sacar de 4.500 a 5.000 kilos por hectárea de trigo y 3.000 de soja, más o menos, para salir hecho en un campo alquilado. Es muy difícil”.

Los números de Facma

Para entender la importancia del contratista rural en el proceso, valen los siguientes datos: se encarga del 90% de la cosecha a nivel nacional, del 60% de la siembra y aplica el 70% de las fertilizaciones y fitosanitarios.

“Está creciendo la prestación de servicios. Hoy no es negocio la maquinaria propia por los altos costos”, reconoce Jorge Scoppa, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas. El organismo calcula un aumento del 7% respecto de la última campaña.

Facma realizó recientemente una actualización de sus valores de referencia de las diferentes labores. Cuando se trata de la siembra, cada hectárea de trigo en directa cuesta $530,4 por hectárea con fertilización simple, y la doble, $605,6. La soja, $471 por hectárea (simple) y $537,4 (doble). En cambio, la siembra directa neumática cuesta $541,9 (simple) y $572,7 (doble).En el caso del maíz, se cobran $538,1 en simple y $609,9 doble; la siem- bra directa neumática (fertilización doble), $635,5.

En las aplicaciones, los fitosanitaros líquidos cuestan $99 por hectárea en menos de 100 ha y 106,8 por ha en más de 100; la fertilización líquida, $117,3 por hectárea en volumen menor (60 litros por ha) y 126,4 en mayor (100 l/ ha).

En cuanto a los sólidos, la aplicación de granulados tiene un costo de $101,8 por hectárea, con dosis de fertilizantes de 330 kg/ ha. En el caso de los polvos, las enmiendas de yeso o cal en dosis de 400 kg/ha valen 116,8 pesos/ha. Finalmente, la aeroaplicación. El control de malezas tiene un valor de 130 pesos por hectárea, insectos $115 y control de enfermedades $130; Estos valores son fijados por la Camara de Aeroaplicadores de la Provincia de Buenos Aires e incluidos por Facma.

En relación a la última lista, publicada en septiembre de 2014, calculan un aumento del 8%. “Tratamos de atenuar. El gasoil tiene el mismo precio, pero aumentaron los repuestos de maquinaria, salarios y seguros”, dice Scoppa.

La teoría no se aplica en la práctica

La realidad es que estos números fijados por Facma son orientativos. Se sabe que muchas veces la teoría no coincide con la práctica. El valor que se pague en el mercado puede ser menor.

Ricardo Garbers, ingeniero agrónomo a cargo de la Dirección Nacional de Contratistas Rurales del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, describe la realidad que le toca enfrentar al contratista: “Debido al vital ser- vicio que presta y al estar involucrado, aun sin ser propietario, se le reclaman descuentos. Si le pedís un 20% de descuento puede entrar en situación de quebranto. El contratista es un socio que está poniendo capital en juego en beneficio del productor. No se lo tiene que castigar”.

Garbers afirma que la cosecha se está cobrando entre un 15 y 20% menos que el valor orientativo y un 40% menos en la aplicación de fitosanitarios a través de equipos automotrices terrestres.

A la hora de encontrar una explicación, Garbers señala que “los valores están bajísimos por el precio de los granos y cereales, el aumento constante de los insumos y la maquinaria, y aun así el contratista ha incrementado el uso anual de la maquinaria para bajar los costos, pero al sumar descuentos se hace más grave la situación de no rentabilidad para el contratista. Otro punto por el que están bajos es por la sobreoferta existente”.

Las claves

El contratista rural se encarga del 90% de la cosecha a nivel nacional, del 60% de la siembra, y aplica el 70% de las fertilizaciones y fitosanitarios, según confían en el sector.

Hay un aumento del 8% en los valores orientativos de las labores respecto de septiembre de 2014, confiaron en Facma.

La teoría no se aplica en la práctica. Estiman que la cosecha se está cobrando un 15 a 20% menos, y la aplicación de fitosanitarios, un 40%.

Por Agustín Monguillot, Semanario Infocampo

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