Ayer el gobierno nacional, bajo el paraguas que le otorga la Ley de Abastecimiento, comunicó a las empresas que no la subsecretaría de Coordinación del Ministerio de Planificación, a cargo de Roberto Baratta, no iba a autorizar ninguna exportación hasta tanto se regularice la provisión del mercado doméstico. Scioli, durante una visita a la ciudad de Lobería, anunció que los inspectores de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA) iban a salir a las calles a “fiscalicen enérgicamente” la provisión de combustibles en las estaciones de servicios.
“No quiero que falte ni un litro de combustible en los sectores productivos ni en los usuarios, especialmente para las familias que encaran tan merecidos días de descanso”, afirmó Scioli durante una visita al predio de la Compañía Oleaginosa del Sur.
Los inspectores bonaerenses relevaron ayer un total de 80 bocas de expendio entre el conurbano y la Costa Atlántica, en la que supervisaron -además de cuestiones impositivas específicas- el precio de manguera de cada uno de los productos, si existía algún tipo de cupo en la venta y el nivel de abastecimiento. Todos estos datos serán girados al secretario Moreno, quien será el encargado de labrar las infracciones pertinentes, precisaron a Télam fuentes del gobierno bonaerense.
El operativo encarado por Montoya tuvo -como es habitual- su dato singular: los inspectores, en automóviles particulares, simulaban ser potenciales compradores y chequeaban previamente si existían irregularidades en el expendio. Los controles a estaciones de servicio continuarán, con el fin de abarcar, hasta el martes próximo, más de un millar de estaciones inspeccionadas y proseguirán hasta cubrir unas 2.400 bocas de expendio de toda la provincia de Buenos Aires.
En Salta, una de las provincias que más repercusiones recibió por el alto valor de las naftas premium, el gobierno provincial también confirmó que verificará en los próximos días la provisión de combustibles en las estaciones de servicio y el retrotraimiento de los precios a octubre de 2007. Al igual que durante la víspera, en Buenos Aires YPF y Petrobras volvieron a guardar silencio.
En España, fuentes de Repsol YPF citadas por agencias internacionales aseguraron que en la empresa “siempre estamos dispuestos a colaborar con el gobierno en cuestiones de abastecimiento”. Por su parte, Esso, a través del director de Asuntos Públicos, Thomas Hess, dijo ayer a Télam que la firma “está continuamente en contacto con Moreno”, al tiempo que manifestó su preocupación con la prohibición de exportar combustible líquido.
“La exportación de combustibles es crucial, por dos temas: por una lado por la rentabilidad (de la empresa), mientras que por el otro por una cuestión de logística para poder liberar los inventarios excedentes de naftas”, señaló el directivo. Tras asegurar que “no hay falta de producto (combustible)”, Hess admitió que “sí hubo un problema de logística por el alto consumo en los primeros días del año” que impidió el pleno abastecimiento a las estaciones de servicios. Agregó que hay otros combustibles, por ejemplo, el GLP (gas en garrafas), “que tiene bajísima demanda en estos momentos por razones climáticas y al no poder exportarlo genera un cuello de botella porque los inventarios están al máximo”. En cuanto al pedido del Moreno de reatrotraer los precios al 31 de octubre pasado, el directivo se limitó a decir: “a mí no me gusta hablar de precios; cada empresa tomará su decisión, pero durante el 2007 hubo una serie de factores a tener en cuenta como la fuerte suba del precio internacional del petróleo”. Desde las estaciones de servicio, el presidente de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República, Raúl Castellano, consideró “extrema”, pero “acertada” la medida del gobierno de prohibir la exportación de combustibles líquidos. El dirigente, en declaraciones a medios cordobeses, consideró necesario “pensar en el mediano plazo en una concertación entre las petroleras y el gobierno” para solucionar la situación. (Télam)
