No sólo el abastecimiento de las ciudades resultó un problema: los molinos tampoco podían acceder a la materia prima, lo que paralizó la producción y las operaciones. Los contratos de exportación corrieron riesgo de romperse.
Por el momento, los importadores se han mantenido al margen, evaluando la situación, pero no descartaban tomar alguna medida ya que la producción local estaba prácticamente estancada.
Desde José María Molino Harinero, en Diamante, aseguraron que hace diez días que no envían harina al puerto de Rosario, y aquello que pudieron repartir lo hicieron en Paraná, a través de caminos de tierra, evitando los cortes de ruta.
La producción de marzo en este molino alcanzará entre un 30%-40% de lo hecho durante febrero, por lo que afirmaron que será un mes con fuertes pérdidas. Generalmente producen 500 t por mes, pero en marzo no llegarán a las 300. Solamente diez camiones salieron cargados desde el molino durante el último mes.
Como otros molinos debieron trabajar a media máquina, el problema es que la carga laboral está en un 50%, pero los salarios deben seguir igual.
Por ejemplo, en Molinos Marimbo, en La Carlota, no salió harina durante la semana del 24 de marzo Los problemas para cumplir con los pagos se dan en la mayoría de los molinos consultados por Infocampo.
