En cada temporada, siempre hay ciertas frutas u hortalizas que adquieren un precio elevado, respecto al promedio general. La falta de oferta, de acuerdo a la estacionalidad del producto, y la sostenida demanda lo provocan.
En el mes de octubre, el limón registró un alza marcada de precios; un poco antes había sucedido algo similar con el pimiento morrón rojo. Ahora, es el turno de la banana que llega a la Argentina, importada desde Ecuador o Bolivia. Sin embargo, lejos de tratarse de un problema oferta, en estos casos se trata de los problemas sociales que atraviesan esos países.
Mariano Winograd, reconocido consultor del mercado frutihortícola, lo explicó claramente este lunes en un programa de TN.
“La banana que llega desde Ecuador a la Argentina, parte desde el puerto de Guayaquil, arriba al puerto de Valparaiso, en Chile, y vía terrestre pasa a la Argentina. Debido a los problemas sociales que están sucediendo en el país vecino, mucha fruta está trabada en ese puerto chileno, afectando la oferta de la fruta a nivel local”, explica el consultor, agregando que desde Ecuador llega el 60% de la mercadería que se vende aquí.
Por su parte, añade que otro 25% de la banana que se consume acá llega desde la localidad de Cochabamba, en Bolivia, país vecino que también está en pleno conflicto socio-político, desde hace un par de semana, afectando la distribución que llega a la Argentina.
Anudando cabos, el consultor atribuyó las alzas significativas de los precios a las cuestiones que se viven en estos países.
Gracias a esta combinación de factores, destacó la importante posibilidad de consumir banana de producción argentina, que es más económica en góndola, ya que llega desde el norte del país y, aseguró, que más sabrosa que la importada.
“Este lunes, la fruta nacional se conseguía en el Mercado Central a 40 pesos por kilo. Al consumidor minorista está llegando, en verdulerías, a razón de $70 a $80 por kilo, pero en algunos casos se pueden comprar hasta dos kilos por 100 pesos”, comentó, un precio más acomodado respecto al valor que se está pagando por la fruta ecuatoriana que, por kilo, supera los cien pesos, según la zona.
En conclusión, aconsejó aprovechar la fruta y verdura de estación para “no pagar de más”.