Más allá de las lluvias que comenzaron a normalizarse en buena parte del territorio agrícola de cara a la campaña fina que se viene, lo que pasó en materia de sequía sigue derramando imágenes que generan preocupación.
Por estos días, los transportistas de cereales aseguraron que sus viajes se redujeron en un 70% y la Bolsa de Comercio de Rosario adelantó una fuerte caída en el consumo de gasoil.
Pablo Gutiérrez es transportista en Bandera, Santiago del Estero. Allí hace base y viaja por todo el país con cereales, pero también con áridos y hacienda. Sin embargo, por estos días asegura que la variante de cereales es la que menos reditúa de todas.
“Es el rubro menos funcional desde hace rato, y hoy fundamentalmente se ha venido abajo por los bajos rindes de la sequía y el exceso de camiones de colegas que han venido a hacer algo desde zonas que fue un fracaso total”, planteó Gutiérrez.
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En plena zona núcleo el testimonio de un colega transportista y empresario del rubro convalida lo expresado.
Martín Ludueña, oriundo de 9 de Julio en Buenos Aires, transportista de cereales y presidente de la compañía Agro Logística Transporte, que en temporadas de alta demanda puede manejar una flota de más de 100 camiones, aseguró que “los viajes se redujeron un 70%”.
En declaraciones a radio La Red, contó que luego de una campaña fina 2021/22 que también había resultado magra en su zona, “la última gruesa prácticamente no movió el reloj”.
“Hubo sojas de 400 kilos y los maíces que aún quedan serán muy pocos los ‘transportables’, por lo menos a puerto. Será básicamente para alimentación animal y acopios locales”, opinó Ludueña.
Y amplió: “Rogamos que siga lloviendo para que pueda haber una buena cosecha fina”.
Ludueña sumó el problema de los costos de mantenimiento para un equipo listo para trabajar en las rutas. ¿Cuánto cuesta un cambio de aceite? $180.000. ¿Cuánto cuesta conseguir neumáticos nuevos y ‘engomar’ una unidad? “Unos $6.000.000”, calculó.
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“El camión tiene que girar hoy al no haber cereal se carga arena para ir hacia Aniello (NdR: ciudad base del yacimiento Vaca Muerta), se carga cebolla para llevar a Formosa y se carga soja en el norte”, remarcó.
Según comentan en la actividad, no son pocos los transportistas que eligen combinar sus viajes hacia Formosa con cebolla para ‘engomar’ el camión con neumáticos cruzados vía contrabando, y a un precio mucho menor que los $ 6.000.000 que costarían normalmente.
“Además no tenemos tarifa actualizada desde hace 2 años, y eso nos lleva a no poder sentarnos con ningún acopio a negociar un número. La cosa se está poniendo muy difícil. Hay muchos camiones parados que ya no habían hecho la fina anterior por no tener cubiertas o no poder hacer la VTV. Otros muchachos hacen un viaje y se bajan y salen a vender churros, y al otro día hacen una changa detrás de otra para poder subsistir”, graficó.
ESTACIONES DE SERVICIO
Por otro lado, desde las estaciones de servicio también hablaron del cimbronazo que dejó la sequía. Julián Briacchi es gerente de la firma Bribal S.R.L, que tiene comercios por distintas partes del país: Venado Tuerto, Bahía Blanca, Rufino, Rosario de la Frontera, Suardi, entre otros.
Briacchi convalidó el efecto de la sequía advertido por los transportistas pero logró diversificar a tiempo su esquema de negocios.
“Vimos con el tiempo lo que se venía y logramos diversificar un poquito nuestra actividad y no perdimos el ritmo en cuanto a la cantidad de litros. Pero si solo lo llevamos al sector agropecuario en sí, sí los perdimos”, indicó Briacchi en La Red.
¿En qué consistió el cambio de estrategia que implementaron en Bribal? Eligieron volcarse al transporte internacional y en el caso de la ciudad de Bahía Blanca apuntaron especialmente a la producción de cebolla.
“También trabajamos con los semilleros en Venado Tuerto y en el norte por suerte la agricultura intensiva tuvo una cosecha un poco mejor que en la zona núcleo. Pudimos compensar”, detalló.
Para Briacchi, la política actual de subsidios al consumo de combustibles “está mal encaminada”.
“Habría que apuntalar un poquito más a la producción porque cuando uno mira el precio en el surtidor que se utiliza para la producción tal vez sea más barato pagarlo en Ciudad de Buenos Aires que en el Interior, puede haber un diferencial de $30 por litro en relación a la zona núcleo o en el norte del país”, comparó.
“También está por el otro lado sincerar los precios de los combustibles, porque estamos por debajo de los países limítrofes. Sin embargo, eso le afectaría mucho a los transportistas y los contratistas rurales, que son los más golpeados en esta situación”, cerró.
