Todo empezó desde la escuela y para María Virginia Cinalli todo fue crecimiento y aprendizaje. Las hijas de Cinalli llevaban todas las mañanas en sus mochilas una botella de medio litro de jugo de quinoa casero mezclado con naranja.
Además de las niñas, los compañeros y las maestras de la escuela salteña empezaron a probar la novedosa bebida. El boca en boca llevó la información a la directora, que también lo probó. Ante el buen sabor y gran aporte nutricional de esta bebida, la autoridad convocó a Cinalli a que venda el jugo en los recreos.
“Al año siguiente, realicé una exitosa degustación en el colegio de mis hijas ante 300 alumnos y se enteró un gerente de ventas de una empresa multinacional. Me contactó por teléfono, a la semana se tomó un avión para probarlo personalmente”, cuenta con asombro la productora.
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Al degustar ese preparado casero que hacía Cinalli, ese gerente le dijo: “Es espectacular y tenes que buscar la forma de hacerlo de manera industrial”, recuerda y agrega que así llegó al INTI.
Así, la productora ya fundó y gerencia “Alma de Quinoa S.A.S”. Ella presentó toda la documentación para obtener la aprobación del Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA) y está avanzando en negociaciones con inversores para ampliar la fabricación de la bebida.
“Trabajamos con la fórmula original. Además, incorporamos un plus de proteínas a partir de arveja. Logramos como resultado una alternativa de consumo refrescante, sin conservantes ni agregado de azúcar y apta para personas que son intolerantes a la proteína láctea” – Mariana Sánchez, coordinadora de proyectos de alimentos del INTI.
TENDENCIA
La tendencia creciente del consumo de quinoa a nivel mundial responde principalmente a que es uno de los únicos alimentos del reino vegetal que provee todos los aminoácidos esenciales. A ello, hay que sumarle las vitaminas y fibras que aportan los jugos naturales de naranja, pomelo, mango y frutillas.
Este proyecto, como “Alma de Quinoa”, se enmarca en las acciones que viene impulsando el INTI para el desarrollo de productos con agregado de valor regional, la diversificación de la dieta y el consumo en particular de alimentos de origen vegetal.
“Buscamos satisfacer la demanda de los consumidores que buscan cada vez más incorporar productos de origen vegetal y consumirlos en forma alternada con otros de origen animal”, afirma Sánchez.