La verdad es que no me gusta decir como mi abuelita; “y eso que yo te lo había dicho” cuando sus advertencias no habían sido escuchadas y aquella travesura terminaba saliendo mal. Por eso ahora tampoco me gusta decir; “y eso que se lo repetimos hasta el cansancio al gobierno, que con estas políticas íbamos a tener una crisis con el trigo y el pan”.
Ahora ya no me asombra lo que pasa; tantos años encerrando la comercialización de trigo rindió sus frutos; baja superficie sembrada, bajos rindes, problemas de enfermedades, y encima el Supersecretario Moreno que “libera” exportaciones para conseguir dólares. Y el trigo o no alcanza o por lo menos no sobra. ¿Y la mesa de los argentinos? con la que “no se jode” como decía Scioli. La mesa, bien gracias. Pero sin pan porque es demasiado caro.
Se tenía que dar, era inevitable, el gobierno armó las cosas para dejarles a los molineros la potestad de comprar al precio que ellos ponían, en el momento que lo precisaban, y pagando cuando y como querían. Es como pescar en la pecera. Pero como dicen muchos, en economía se puede hacer cualquier cosa, cualquier disparate, pero lo que no se puede es evitar sus consecuencias.
Y las consecuencias llegaron; estamos a punto de tener que importar trigo, estamos rascando los silos de los exportadores, y como tanto se hizo para mantener el precio bajo, este mismo precio bajo produjo la escasez y esta la disparada de precios que ahora ya no beneficia a nadie. Hoy seguimos inventando soluciones milagrosas el CePaGa, (promesa de devolver parte de las retenciones), créditos para la siembra de un trigo que el año próximo seguramente no vamos a poder vender.
Pero no nos preocupemos seguramente nuestra Presidente Fernández va a ocuparse personalmente, como siempre hace todo, que el pan barato esté disponible para todos y todas.
Durante la década ganada, se manipularon los mercados se perjudicó el productor, se perjudicó el consumidor, y se beneficiaron unos pocos amigos. El resultado es el que hoy está a la vista, y yo les aseguro que “lo sospeché desde un principio”.
Por Roberto Campi. Productor agropecuario y ex presidente de la Sociedad Rural de Pergamino