La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR) comunicó respecto del mercado de arrendamientos, que “los contratos agrícolas se han renovado con demanda alta y valores estables, y que continúa firme la demanda de alquileres para el segmento ganadero”, y aclaró que el hecho que estas operaciones se realicen en pesos consolida esta tendencia.
“En los últimos 30 a 45 días se ha comenzado a registrar una mayor actividad en el mercado, con incremento de consultas, algunas recorridas a los campos y, en ciertos casos, con ofertas agresivas que finalmente no prosperaron”.
Pero, no hay que olvidar que la pandemia jugó una muy mala pasada al mercado inmobiliario rural. “Luego de un verano con muy poco movimiento, el mercado de compraventas sufrió una paralización total a mediados de marzo, al iniciarse la cuarentena”, aclara la entidad.
Lo cierto es que según el monitorio de la Cámara, “el primer semestre del 2020 finaliza con muy pocas operaciones que se han podido concretar exitosamente, la amplia mayoría de ellas por debajo de los 3 millones de dólares y sobrarían los dedos de una mano para contabilizar operaciones por encima de los 5 millones de dólares.
¿Qué más dejó la pandemia?
“La baja en los valores de la tierra para compra ya se ha instalado en el mercado y, dependiendo de muchas particularidades está, en general, en un rango del 15 al 20% debajo del precio pedido”, indicaron.
La Cámara aseguró además que “nadie pudo imaginar un escenario como el que nos encontramos hoy en día, donde la incertidumbre es el rasgo que caracteriza por sobre cualquier otro factor el acontecer de nuestras vidas y la actividad económica en general”.
“El mundo está viviendo un replanteo de paradigmas que pueden derivar en nuevas dinámicas de los mercados, cuestión aún por decantarse y que, en una actividad como la inmobiliaria rural, tardaría aún más en asentarse, dada su histórica evolución de reacción lenta a los cambios”, finaliza la entidad rural.