Los cultivos de servicios (CS) brindan una serie de ventajas a los productores, que van desde aumentar la biodiversidad y fortalecer la estructura del suelo hasta competir con las malezas.
En líneas generales, suelen usarse entre cultivo y cultivo, pero según explicaron desde la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), los CS comienzan a perfilarse como una opción para la “intersiembra”.
La entidad recopiló una serie de casos en todo el país, para enumerar sus ventajas. En el norte bonaerense, Marcelo Arriola testea intersiembras, con el objetivo de corregir el desfasaje entre los ciclos de carbono (C) y nitrógeno (N) dentro del sistema.
“Las intersiembras permiten la convivencia de leguminosas y gramíneas, lo que facilita el traspaso de N de las primeras a las segundas, N que estas usarán para fijar carbono y generar materia orgánica. Así, se sinergizan los ciclos de C y N”, explicó.
Algunos ejemplos son las combinaciones de vicia con trigo, o maíz con crotalaria.
Otro de los motivos para apostar a este manejo es el control de malezas y si bien los CS como antecesores son una buena herramientas, las intersiembras permiten mejorar esta performance, a partir del efecto alelopático.
La alelopatía es la influencia directa de un compuesto químico liberado por una planta sobre el desarrollo y crecimiento de otra planta.
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El centeno por ejemplo, genera alelopatías que inhiben malezas como el Yuyo colorado, pero ese efecto se manifiesta mientras el cultivo está vivo. Por eso, Arriola testea siembras de soja sobre CS de centeno rolado.
“Los resultados son promisorios, pero es clave ajustar la mejor combinación que no comprometa el consumo de agua y el rinde del cultivo de renta”, señaló.
INTERSIEMBRA: EL COMBO TRIGO Y VICIA
En la zona de Tandilia, Santiago Guazzelli siembra en simultáneo tres hileras de trigo con una de vicia en busca de cubrir necesidades de nitrógeno.
Los resultados abren líneas para continuar con la investigación. “Aun con un 25% menos de líneas de trigo sembradas en el lote, no encontramos diferencias de rinde respecto de lotes con trigo puro, lo que puede dar indicio de un efecto de compensación”, destacó.
Como dato a destacar, agregó que cuando probaron con diferentes dosis de N, a partir de los 120 kilos/ha no se hallaron respuestas a la fertilización en trigo. A partir de este hallazgo, evalúan si el nitrógeno requerido por el cereal provino de la fijación biológica del cultivo de servicio o del suelo.
En cuanto al efecto sobre el control de malezas, Guazzelli tuvo buenos resultados. “Usamos mezclas de pre-emergentes y no hubo necesidad de volver a aplicar en post emergencia. Tampoco necesitamos aplicar fungicidas”, explicó.
AMPLIAR LAS VENTANAS DE SIEMBRA
Sandro Raspo le dio una vuelta de tuerca a este manejo y usa las intersiembras para ampliar las ventanas de siembra de los CS – que suelen ser breves – y lograr que expresen su potencial.
Las combinaciones varían según la región y para el centro del país utiliza especies de verano (como moha y trigo sarraceno) con una de invierno, como triticale, centeno o vicia.
“Cuando vienen las primeras heladas, las estivales mueren y siguen su curso las de invierno, asegurando un continuo verde a lo largo del año”, sostuvo. Cuando llega la primavera, seca con rolo o siembra sobre verde.
En campos mixtos, el productor siembra CS dentro de los maíces de primera y después de la cosecha gruesa obtiene reserva forrajera en forma de rollo o silo.
En la zona de influencia de Charata (Chaco), Nicolás Listello, también apuesta a las intersiembras para ampliar ventanas de siembra del CS. En este caso, la siembra se lleva a cabo en el mismo momento que el maíz.
Izq: Guazzelli juega con intersiembras de trigo y vicia en el sur de Bs As. Der: En Chaco, Nicolás Listello siembra de forma simultánea CS de vicia con maíz.
Al momento de elegir especies, optó por brachiaria o vicia, además tuvieron experiencias con las leguminosas forrajeras de verano Aeschynomene y Macroptilium. En estos casos, lograron respuestas favorables en el maíz, por su aporte de nitrógeno..
Para Listello hay algunas pautas que no pueden fallar. “Es clave lograr uniformidad para un buen control de malezas y planificar los herbicidas preemergentes a usar en el barbecho previo, para evitar fitotoxicidad”, afirmó.
Y agregó: “Otro punto es el control de lepidópteros, como la oruga de leguminosas que retrasa el crecimiento de la vicia, y que puede ser difícil de controlar cuando el maíz está muy desarrollado”.
