Hacia fines del 2020, la campaña gruesa argentina miraba sedienta al cielo esperando nuevas lluvias. Ya en primer quincena de enero, las precipitaciones brillaban por su ausencia en gran parte del territorio nacional, y justo cuando la soja y el maíz se resignaban aparecieron las primeras gotas.
La humedad fue poco a poco recuperando valores y ya para la primera quincena de febrero, ambos cultivos recuperaron esperanzas productivas, a tal punto que según las estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), esas lluvias podrían incrementar 617 millones de dólares las exportaciones de maíz grano comercial.
En total, se podría exportar el cereal de la nueva campaña en curso generando un ingreso de divisas al país de 8.642 millones de dólares aproximadamente.
Según los últimos cálculos de la entidad bursátil, el saldo exportable de maíz alcanzaría los 35 millones de toneladas durante la campaña en curso.
Cabe destacar que la estimación productiva para la campaña del actual ciclo maicero se incrementó 2,5 millones de toneladas, alcanzando una producción total de 48,5 millones de toneladas, según el último relevamiento de la Guía Estratégica para el Agro.
“Asumiendo una distribución de embarques que siga la tendencia de años previos, este incremento en el tonelaje exportable permitiría un ingreso adicional de divisas de u$s617 millones“, remarcó la BCR.