Así como ocurre con los seres humanos, que si se exponen al sol y a las altas temperaturas sin protector pueden sufrir problemas de salud, también sucede con las plantas.
Por ejemplo, la radiación solar excesiva puede afectar gravemente la calidad y productividad de los cultivos frutales, causando quemaduras solares irreparables.
Esto es de gran importancia en Argentina, un país que se destaca como uno de los principales productores de frutas a nivel mundial, ocupando posiciones destacadas en la producción de limón, pera y frutas de carozo, entre otras.
EL IMPACTO DE LA RADIACIÓN EN LAS FRUTAS
Como primer punto a tener en cuenta, cabe remarcar que la radiación solar no es en sí mala para los frutos, sino todo lo contrario: es esencial para su desarrollo adecuado, ya que su incidencia mejora su textura.
Es una cuestión puramente natural: la luz solar es la principal fuente de energía que las plantas emplean en la fotosíntesis para transformar el dióxido de carbono y el agua en carbohidratos, los cuales son utilizados para el crecimiento de tallos, hojas, raíces y frutos.
Asimismo, a niveles moderados, la luz solar favorece tanto la calidad como la cantidad de la producción, además de reducir la incidencia de plagas y enfermedades.
Sin embargo, si la intensidad solar supera los niveles óptimos, las plantas pueden experimentar desórdenes fisiológicos, siendo las quemaduras solares uno de los problemas más usuales.
Estas quemaduras son irreversibles y constituyen una de las principales causas de descarte de fruta en el campo, especialmente en zonas donde los veranos son muy calurosos y la radiación solar es intensa durante las etapas de maduración.
El asoleado también puede producirse cuando un clima fresco o templado es seguido de forma abrupta por temperaturas cálidas y soleadas. Las quemaduras solares severas afectan la cutícula de los frutos, dañando tanto la epidermis como los tejidos subepidérmicos.
CÓMO DETECTAR FRUTAS “QUEMADAS” POR EL SOL
La lesión en los frutos causada por la exposición al sol se caracteriza por una decoloración seguida de un amarronamiento que puede llegar a necrosar los tejidos, lo que reduce tanto la productividad como la conservación y comercialización de estos.
Las pérdidas pueden alcanzar hasta un 55% en manzanas, un 40% en peras, y también afectan a otros cultivos como tomates, pimientos, cítricos, uvas y cucurbitáceas, entre otros.
Durante la cosecha y la conservación en cámaras refrigeradas, los frutos con daños por exposición solar presentan características de calidad diferentes en comparación con los frutos sanos: mayor firmeza, mayor concentración de sólidos solubles y menor acidez y porcentaje de almidón.
Esto reduce su potencial de almacenamiento y aumenta la susceptibilidad a la invasión de patógenos. Por esta razón, en el ámbito comercial, el daño solar se clasifica generalmente en tres categorías: sin daño, daño leve y daño grave.
Los frutos con daño levese suelen clasificar como de segunda calidad, mientras que los que presentan daños graves son descartados.
Además, se han observado variaciones cuantitativas en parámetros como la firmeza de la pulpa, la materia seca, la concentración de sólidos solubles totales y la acidez titulable.
En consecuencia, el estrés causado por la radiación solar elevada interfiere en el proceso de maduración de los frutos y favorece el desarrollo de otros desórdenes.
CÓMO PROTEGER A LAS FRUTAS DEL SOL
En la agricultura, los fenómenos climáticos representan una de las principales causas de daños a los cultivos, ya que no es posible prevenir su ocurrencia.
Sin embargo, el impacto de estos eventos adversos puede mitigarse mediante el uso de métodos activos o pasivos de control, siempre que se conozcan las épocas en las que estos fenómenos son más probables.
En este caso, para evitar las quemaduras solares en los frutales, es fundamental que los agricultores adopten las mejores prácticas de manejo, con el fin de minimizar los daños causados por la radiación solar.
Allí, una de las soluciones más efectivas es el uso de productos específicos diseñados para proteger los cultivos de este tipo de estrés. Estos métodos deben ser preventivos, ya que una vez que se producen los daños, son irreparables.
En este sentido, COMPO EXPERT ofrece una solución a esta problemática con Invelop® White Protect, un protector solar con un mínimo porcentaje de residuos.
Este producto está compuesto por partículas muy finas que forman una barrera protectora eficiente sobre las superficies de hojas y frutos, protegiéndolos del golpe de sol y el estrés térmico, sin interferir con el intercambio gaseoso y de agua de las hojas.
Además, su uso está aprobado en la Unión Europea para el uso en agricultura ecológica y es compatible con la mayoría de los productos fitosanitarios comunes en el mercado, aunque siendo un acondicionador se recomienda su uso solo.
UN PROTECTOR SOLAR PARA LAS FRUTAS
En este marco, desde COMPO EXPERT subrayaron que es importante que la aplicación de Invelop® se realice antes de las épocas de mayor radiación solar y temperatura, ya que, al aplicarlo, se reduce la incidencia de radiación UV y la temperatura en las hojas y frutos.
Esto tiene un efecto directo en la disminución del golpe de sol, protegiendo a las plantas y manteniendo su actividad fotosintética.
Invelop® White Protect es una barrera física basada en minerales 100% naturales a base de Talco (E553b). Está especialmente formulado para aplicación foliar de forma que protege a los árboles frutales de las quemaduras del sol, con las siguientes ventajas:
- 100 % natural.
- Fácil aplicación por pulverización foliar.
- Protección altamente efectiva contra las quemaduras de sol.
- La menor abrasividad del mercado.
- Mayor durabilidad de picos y filtros
- La doble protección natural de sus cultivos
En tanto, ante situaciones de estrés abiótico, relacionados con el efecto de los golpes de sol en frutales (para viña la dosis es menor), se recomienda aplicar en 2 momentos:
- 50 kg/ha a partir del momento de máxima exposición o sensibilidad.
- 50 kg/ha de 3 a 4 semanas después en caso de necesidad (exposición prolongada a altas temperaturas)
- Repitiendo 1-2 veces a 25 kg/ha según las condiciones climáticas y la fecha de la cosecha, sin nunca sobrepasar la dosis máxima homologada por año: 150 kg/ha.
En situaciones de estrés biótico, como los ataques de hongos en frutales y viñas, así como los ataques de plagas en frutales, Invelop® White Protect ofrece una acción fungistática.
La característica hidrófoba del talco E553b permite una excelente distribución y adhesión a los tejidos vegetales, lo que a su vez facilita:
- La protección efectiva de las plantas frente a hongos patógenos, reduciendo la propagación de infecciones al limitar la humedad necesaria para el desarrollo de los hongos.
- La creación de una barrera física que dificulta la colonización por plagas, protegiendo los frutos y las hojas.
- La mejora en la cobertura y la permanencia del producto en las superficies tratadas, asegurando una protección prolongada frente a los factores de estrés biótico.
- Limita el reconocimiento requerido para el crecimiento/germinación de los patógenos huéspedes específicos.
Este comportamiento asegura que el producto sea eficiente tanto en la protección contra el golpe de sol como en la defensa contra hongos y plagas, favoreciendo la salud y el rendimiento de los cultivos.