Entre 2012 y 2017 las exportaciones de carne vacuna argentina sólo representaban el 10% de la producción local, siendo el resto absorbido, o mejor dicho “comido”, por la demanda local de nuestro país.
La tendencia se revirtió hace unos años, y en lo que va de 2020, las ventas al exterior ya se ocupan del 27,4% del total de la producción nacional bovina.
Esta variación y diversificación del mercado ganadero, tiene correlación con lo que está sucediendo con la lechería argentina, que en litros de leche equivalentes, las exportaciones representaron en el primer semestre de 2020, el 22% de la producción total (siendo el 18% el año pasado), y absorbiendo unos 250 millones de litros de leche adicionales a igual período del año pasado.
Es decir, en los últimos 18 meses, la lechería confirma de manera sustancial la tendencia positiva de las exportaciones, en la torta total del mercado.
Si bien este dato es auspicioso para el sector lácteo en vistas al futuro, el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) sostiene que “para los próximos meses deberá monitorearse la evolución de los precios del mercado internacional, que tuvieron una fuerte baja durante la etapa central de la pandemia de Covid-19, luego se recuperaron bastante y en la actualidad presentan una leve caída en los futuros (NZX, CME y EEX)”.
¿Por qué el aumento de las exportaciones es importante para la lechería argentina? Según el último informe del Centro de la Industria Lechera (CIL) el consumo local argentino viene en caída libre desde el comienzo del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.
Sólo por poner como ejemplo a algunos productos, el CIL sostiene que “el mercado argentino de los yogures bebibles cayó 25,7% en mayo respecto a abril y 8,3% de marzo a abril. La venta de postres lácteos mermó de abril a mayo 16,1%, en tanto que la de los postres lácteos firmes cayó 21,3% de abril a mayo”.
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Esta caída actual del consumo local está generando además, una preocupante situación de sobre oferta. Pero a esos factores hay que sumarle otra variable importante, que es el aumento probable de la producción en primavera, por razones estacionales de la actividad.
Simplificando, hoy en día en la Argentina hay mucha más producción y oferta de productos lácteos, que demanda local. Es por esa razón, que el aumento de las exportaciones ayudaría de forma significativa a descomprimir la situación de crisis relativa.
Al respecto, el OCLA advierte que “es importante sostener el actual ritmo de exportaciones, para evitar una sobre oferta del mercado interno que obviamente va en detrimento de los valores de salida de fábrica, ya que en escenarios de caídas del PBI (ingresos de la gente) con mayor volumen de producción, el mercado interno ajusta más por precio que por cantidad”.
Resta preguntarse: ¿Qué planificación tendrá el sector lechero argentino para evitar una nueva crisis?