Un trabajo realizado por Andrés Polack y Federico Guerra de la Estación Experimental Agropecuaria AMBA del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria sostiene que para tener éxito en el cuidado de los cultivos a través del control biológico, se debe abordar la situación de manera integral.
“Muchas experiencias han fracasado por no haber contemplado todos los aspectos que deben cuidarse. Es la atención a todos los detalles lo que permite finalmente lograr un control efectivo”, sintetiza Andrés Polack, director del INTA AMBA.
Una de las variables a tener en cuenta para el manejo integrado de plagas, según detalla el estudio es el ambiente donde se desarrolla el cultivo. Un ambiente balanceado con buenas condiciones para el desarrollo del cultivo, permitirá tener mejor eficiencia en el control biológico de las plagas, y por el contrario, un ambiente que favorezca el nivel de inóculo de la plaga, redudirá el efecto de los productos biológicos.
Un ejemplo de esto es una huerta o invernadero con mala ventilación, siendo que “una mala ventilación generan altas temperaturas que afectan el desarrollo del cultivo y la acción de los enemigos naturales y, en cambio, son beneficiosas para las plagas”, sostiene el informe.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el cuidado que se tengo con el producto biológico. “No puede lograrse un control biológico efectivo sin el uso de prácticas compatibles. Además, se hace clave la calidad de los insectos o ácaros liberados. Un insumo biológico es mucho más delicado en su manipulación y forma de conservación que un insumo químico”, asegura Polack.
El director del INTA AMBA sostiene también que “el uso de abejorros en la polinización del cultivo de tomate, por ejemplo, favorecen la implementación del control biológico y motivan a los productores a ser cuidadosos en el uso de plaguicidas. Los abejorros reemplazan el uso de hormonas y contribuyen a aportarle mayor calidad al producto cosechado”.
Para lograr eficiencia en este aspecto, Polack analiza que “otra clave para que sea exitoso el control biológico, es que los enemigos naturales se instalen en el cultivo lo más tempranamente posible ya que algunas especies de estos macrobios tienen un ciclo relativamente largo en relación al de las plagas que controlan. Por esto es importante lograr anticipar lo que más se pueda esa instalación”.
Cabe destacar que si bien la hipótesis no tiene base científica, muchos especialistas en agroecología sostienen que los efectos y resultados de los controladores biológicos actualmente pueden dar mejor resultado a otro de misma acción, pero químicos, dado que tanto plagas como malezas han desarrollado resistencias a las moléculas químicas, consecuencia del mal manejo que se dio durante años.