Este estudio fue encargado por el Foro de la Cadena Agroindustrial a Juan José Llach y un equipo de expertos y realizado en el país sobre la Educación rural y Agrotécnica, a nivel primario, medio y terciario. Llach estuvo acompañado en la tarea por Juan Carlos Del Bello, Margarita Carratú y Edgardo Margiotta, y con la colaboración de Juan Arrieta, Mabel Dávila, Graciela Jiménez, María Inés Monzani y Graciela Sessa.
Si bien la presentación estaba prevista para las 15.30, en el Pabellón Rojo de la Exposición Rural de Palermo, debió ser pospuesta casi una hora, ante la tormenta de granizo que cayó sobre Buenos Aires.
Estos especialistas señalaron que a pesar de que âlos cambios en el contexto nacional e internacional otorgan al sector agroindustrial argentino la ventana de oportunidad más importante desde la Segunda Guerra, se está todavía lejos de haber aprovechado todo su potencial como productora de clase mundial de agroalimentosâ.
Una de las causas de esta demora, precisamente, es el âinsuficiente desarrollo del capital humano y del capital social del sectorâ.
A partir de este diagnóstico, los expertos formularon una serie de propuestas sobre cinco ejes centrales.
En primer término, se mencionó a la integración socio-educativa, a través de la universalización del nivel inicial y la EGB3; la implementación gradual de la doble jornada; el establecimiento de la obligatoriedad del nivel medio; la jerarquización de la educación y la capacitación técnica y vocacional; la dotación a todos los centros educativos de una infraestructura adecuada; y el apoyo decidido a las distintas formas de educación a distancia.
El segundo eje es la responsabilidad y la transparencia del sistema y de las escuelas, âa través de la integración de las escuelas e instituciones educativas a su medio; una mayor autonomía a las escuelas, centrada en la formulación y ejecución de su proyecto educativo institucional; y una cultura participativa de la evaluación suministrando a los estudiantes y a sus padres
En tercer término se propendió a la modernización y jerarquización de la educación impartida, âcon especial referencia a la educación tecnológica y vocacional, poniendo especial énfasis en esa Cenicienta del sistema, que ha sido siempre la educación y capacitación tecnológica a nivel primario, medio y terciarioâ.
En este punto, el equipo de expertos dirigido por Llach recomendó muy especialmente desarrollar un modelo análogo al de Australia, que se destaca no sólo por su calidad, sino también por la centralidad otorgada a la educación âvocacional, que aquí llamaríamos técnica, y su articulación horizontal y vertical con el conjunto del sistema educativoâ.
También se insistió en la necesidad de integrar las escuelas, institutos, universidades, empresas y comunidades locales, a través de la promoción de la autonomía y la responsabilidad de las escuelas, con alternativas de financiamiento, y el fortalecimiento del Consejo Federal. âPara el caso de la educación superior, es fundamental dar vida a los Consejos de Planificación Regional de la Educación Superior (CPRES)â, enfatizaron.
El último de los ejes mencionados en la conferencia fue el del financiamiento necesario y la desgravación selectiva de inversiones en educación, âa través del monitoreo de las leyes de financiamiento educativo y de educación técnica mediante consejos participativos de control de gestiónâ.
También se incluyó la desgravación de los impuestos a las ganancias e inmobiliario para aquellas inversiones que sean directamenteaplicadas a escuelas de gestión estatal o a escuelas de gestión privada que, por el bajo nivel de sus aranceles, estén en condiciones de recibir al menos un 80% de subsidio, entre otros destinos de las erogaciones, como infraestructura y capacitación.
