El INTA indicó que las Buenas Prácticas permiten asegurar la inocuidad de la miel, buscando como principal objetivo que “la miel conserve la pureza y calidad con que la producen nuestras abejas en la colmena, a lo largo de todo el proceso productivo”.
Desde el momento de encender el ahumador, el apicultor debe ser consciente de que la calidad de la miel a obtener está en sus manos.
La miel de abejas es un alimento cuya principal ventaja competitiva en el mercado, radica en la imagen que los consumidores tienen respecto de su pureza, según indican.
Pero, para que este producto llegue al consumidor en el mismo estado en que las las abejas lo elaboraron, el INTA dice que es importante un cuidadoso manejo de las colmenas que evite el deterioro a lo largo de la cadena.
Para ello es necesario prestar atención a las Buenas Prácticas de Manejo y Manufactura (BPM), que hace referencia a todas las acciones tendientes a reducir los riesgos microbiológicos, físicos y químicos durante la producción, cosecha, extracción, transporte, almacenamiento y procesamiento de alimentos.
Buenas prácticas de manejo general
A continuación se dará a conocer los puntos más importantes:
• Ubicación del apiario: la actividad apícola debe desarrollarse en zonas rurales, alejadas de centros urbanos o de áreas con riesgo de contaminación ambiental, de modo que el ambiente circundante no altere la calidad de la miel obtenida.
• Identificación del apiario: para concretar la trazabilidad de su producción, cada apicultor, en sus propios registros, identificará cada apiario mediante un número.
• Registros: Los datos y prácticas de manejo de cada apiario deberán registrarse en la Planilla del seguimiento y actualizarse continuamente.
• El uso de ahumadores: se realizará tomando como material de combustión sólo sustancias vegetales. La utilización de humo deberá ser la menor posible, a fin de evitar la presencia de sus residuos en la miel.
Buenas prácticas de manejo sanitario
Las problemáticas que se producen son generalmente por un inadecuado manejo de, como por ejemplo, el uso de genética escasamente adaptada al ambiente, bajo comportamiento higiénico, etc. “Siempre se deberá propender a evitar las condiciones predisponentes a los efectos de reducir al máximo el uso de quimiterapéuticos” indican desde el organismo.
Aseguran que se deberán realizar dos revisiones sanitarias por año de los apiarios, y las observaciones y/o actividades de manejo sanitario realizadas en estos períodos deberán ser asentadas en el Registro de Revisión Sanitaria.
En caso de detectar apiarios enfermos y estar declarado en “Producción de Miel” o esté próximo a serlo, las colmenas detectadas enfermas deberán ser trasladas al Apiario de Aislamiento o Cuarentena.
Cuando se realicen tratamientos sanitarios controlados en un apiario (ya sea una o todas sus colmenas y/o núcleos), éste deberá ser declarado “Bajo Tratamiento Sanitario”, finalizando dicho período únicamente cuando se cumpla el Período de Carencia (P.C.) del producto utilizado. Mientras esté el Apiario “Bajo Tratamiento Sanitario” NO podrá ser declarado en “Producción de Miel”.
Indicaron para concluir, que la utilización de medicamentos veterinarios estará permitido sólo a título curativo,no preventivo, para intervenciones puntuales y estrictamente necesarias a fin de restablecer la buena salud de las colmenas, núcleos y del apiario.