Después de las lluvias de los últimas días en la Zona Núcleo, la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) hizo un balance de lo sucedido en cada zona.
El agua caída en una semana duplicó a la media de diciembre en la región. En Maria Teresa, de acuerdo a la GEA, se midieron 262 mm, seguida por Pergamino con un total de 247 mm. “La peor parte se la ha llevado el noroeste bonaerense, donde la zona de Alfonso sería una de las más castigadas y la de mayores pérdidas de hectáreas productivas. En el resto, el agua se despejó con bastante velocidad. Hubo rutas cortadas, caminos intransitables, lotes anegados, arrastre de cobertura, pero los suelos estaban secos y el agua bajó rápidamente. Los lotes más vulnerables son los sembrados antes de las lluvias con sojas de segundas”, detallaron en el informe publicado por la BCR. Ahora, para que la situación se regularice y las pérdidas sean las menores posibles, no debería volver a llover. Los técnicos coinciden en que la última tormenta que afectó a la zona provocó un cambio radical en la condición de los cultivos, respecto a lo que se observaba hasta hace una semana.
Cuando se creía que la campaña maicera se encaminaba hacia una caída segura por la falta de agua en el momento más critico del cultivo, llegaron las lluvias en buena cantidad. Así, el panorama cambió radicalmente y en tan sólo 48 horas, se pasó de perder potencial por falta de agua y estrés térmico, a la posibilidad de perder superficie productiva por los anegamientos. “El agua sirvió para revivir al cereal, que ya se encontraba perdiendo hojas del tercio inferior y con severos problemas de polinización. Las últimas precipitaciones fueron esenciales para transitar, de ahora en más, el llenado de los granos sin limitantes hídricas”, dijeron desde la GEA.
Una semana atrás, restaban sembrar unas 250 mil hectáreas que faltaban sembrar de soja de segunda y maíz tardío por falta de humedad en el suelo. Hoy las siembras están frenadas por los excesos hídricos, aunque en algunas zonas esperaban poder recomenzar las labores en este fin de semana, al igual que las pulverizaciones. Queda por sembrar todavía un 40% de la superficie, siendo las áreas más atrasadas el noroeste bonaerense y el sudeste de Córdoba.
De acuerdo a los pronósitcos, las lluvias y tormentas volverían a la región en forma generalizada a partir del domingo 1° de enero cuando se prevé la llegada de un sistema frontal frío a la región. Se estima que las precipitaciones estarían en el orden de los 20 a 30 mm.