“Hace unas semanas vendimos vaca de rechazo en buen estado y la pagaron $ 1,1 el kilo, cuando en marzo estaba en $ 2. Y por la vaca fundida nos pagaron $ 200 la pieza”, se lamentaba un productor de la cuenca del Salado, que conversaba con Infocampo, previo al cierre de esta edición.
“Lo peor de todo es que esto ocurre en el momento en que sale la vaca de los campos. Lo paradójico es que el Gobierno quiere que haya más terneros y esto nos pega directamente a los criadores”, continuaba.
Patricio Vrancic, operador de la firma Pedro Noel Irey, da números categóricos. La vaca gorda se cayó de 2 a 1,30 $/kg, mientras que la conserva pasó de 1,20 a entre 0,40 y 0,60 $/kg.
Es decir, que una vaca que cumplió su vida útil y se vende para la industria de la conserva con 400 kg, se paga entre $ 160 y 200.
“Los productores están tratando de retener, pero no van a poder aguantar mucho más. En cuanto se vengan los fríos van a tener que achicar carga del campo y sacar la vaca. Y ahí puede ser peor todavía”, agregó. Toda esta situación se vincula con el cierre de los mercados exportadores, donde la carne de vaca ocupaba algún espacio en las compras de los frigoríficos. Según Vrancic, sólo si ahora se reabriera el mercado externo, en particular el ruso, podría esperarse una recuperación de los precios. Pero si la medida se demora, para cuando vuelva a operar ya habrá sido tarde.
“El humor del productor no es para nada bueno, y creo que si esto sigue así, va a haber un paro”, vaticinó este operador, que semana a semana está en contacto con los ganaderos.
La oportunidad, en cambio, está para quienes se jueguen a comprar esta vaca “negocio” y meterle kilos encima. Con una brecha de 0,40 o 0,50 $/kg el cambio de categoría puede dejar rentabilidad.
El ánimo por el piso
La venta de la vaca que no quedó preñada o la que cumplió su ciclo de vida útil (la de última parición) es parte esencial del negocio del criador, que le ayuda a recuperar rentabilidad, para afrontar la reposición de vientres o la retención de hembras. Con una vaca que se paga $ 200 (la conserva) a $ 550 (la gorda), es difícil que el criador considere introducir mejoras en su campo, como hacer verdeos, promociones de raigrás, fertilizar el campo natural o hacer pasturas. “¿Quién quiere tomar un crédito con este panorama?”, opinan los criadores.
