La Unión Europea permitirá el uso de aguas residuales urbanas para fines agrícolas, una iniciativa que se enmarca en las nuevas medidas de adaptación ante el riesgo de escasez de agua.
El reglamento se adoptó por el Consejo de la Unión Europea, con el objetivo de que esta normativa pueda “ayudar a Europa a adaptarse a las consecuencias del cambio climático”.
Según informó el Consejo (los países de la UE) en un comunicado, esta regulación “mejorará la disponibilidad de agua y fomentará su uso eficiente”, en línea con los planteamientos de la economía circular.
“Asegurar que haya suficiente agua disponible para el riego de los campos, en particular durante las olas de calor y las sequías graves, puede ayudar a prevenir la escasez de cultivos y la escasez de alimentos”, subrayó el Consejo.
Dado que las condiciones geográficas y climáticas varían mucho entre los veintisiete Estados miembros, cada país podrá decidir autónomamente si utilizar agua recuperada para el riego agrícola en todo su territorio o solo en una parte.
No obstante, “cualquier decisión de no practicar la reutilización del agua debe estar debidamente justificada en función de los criterios establecidos en el presente reglamento y revisarse periódicamente”, señala el texto.
Este reglamento también establece los “requisitos mínimos” que el agua recuperada debe cumplir para poder ser considerada segura y de calidad para el riego agrícola, la salud humana y la animal, a la vez que asegura “un alto nivel de protección del medio ambiente“, según explica el texto.