Durante una reunión organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA), el economista jefe del Centro de Estudios de la central fabril, Diego Coatz, dijo que “en 2007, la totalidad del crecimiento industrial se explicó por la inversión, y no por mayor utilización de la capacidad instalada como en 2003-2006”.
En ese sentido, resaltó que “el escaso desarrollo del crédito al sector privado no financiero obstaculiza el proceso inversor”. Según Coatz, dado que se fueron agotando los márgenes para invertir con recursos propios, es necesario ampliar el nivel de crédito, que hoy se concentra mayormente en el financiamiento del consumo y la vivienda. El economista dijo que el nivel total de préstamos en el mercado local equivale a 12% del producto bruto, frente a niveles cuatro o cinco veces superiores en otros países de la región y diez veces más altos en los países desarrollados. Coatz destacó la urgencia de las inversiones, ante la necesidad de aumentar la producción para atender la demanda y evitar así efectos inflacionarios.
“Esa presión sobre los precios proviene además de los altos precios internacionales de las materias primas y los desajustes globales, que inciden sobre las monedas y los metales”, añadió. El economista de la UIA insistió en que “el escenario internacional no colabora”, y consideró que “la inflación es tolerable en la medida en que no afecte decisiones de inversión a mediano plazo, en particular en lo que atañe al sector fabril”.
Y también destacó que las inversiones son necesarias para ganar competitividad frente al avance de las importaciones, y precisó que el desequilibrio en la balanza comercial de productos industriales fue de 20 mil millones de dólares en 2007. Por su parte, Bernardo Kosacoff, titular de la oficina local de la CEPAL (Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe), advirtió sobre “la trampa de la solución fácil de las importaciones”, frente a la fuerte demanda interna.
El economista señaló que esa situación “ya la vivimos en la década del 90, y fue la razón principal del desarme de las cadenas productivas, de la no generación de valor, del no desarrollo de las ventajas competitivas dinámicas, de la no calificación de los recursos humanos, etc”. El experto coincidió con su colega de la UIA en la necesidad de incrementar el nivel de inversiones, que llegó a 23% del PBI, pero “todavía hacen falta tres o cuatro puntos adicionales”.
Sostuvo luego que las empresas lograron un “saneamiento micro espectacular, un proceso de inversión importante y venden a capacidad plena”, con lo cual lograron reducir en 30 mil millones de dólares su endeudamiento externo, que había crecido hasta 70 mil millones.
Ante este panorama, y la seguridad de que la demanda interna se mantendrá, el economista de CEPAL indicó que “parte de la inflación se explica por la falta de aumento de la capacidad productiva”, pero alertó sobre la alternativa de crecimiento de las importaciones.
Los empresarios, advirtió Kosacoff, podrían elegir esta opción porque les implica “menor exposición financiera, no requiere demandar crédito, desarrollar capacidades tecnológicas, tomar recursos humanos o preocuparse por cuestiones de infraestructura y energéticas”. ( Télam )
