Después de una larga década de desprecio, invisibilización y ninguneo del sector agropecuario, en general, y de los pequeños y medianos productores, en particular, la Televisión Pública ha emitido anoche un pseudo documental de la Federación Agraria Argentina, que tergiversa de forma aberrante y miente inescrupulosamente acerca de la verdadera historia de nuestra prestigiosa y querida entidad.
El documental persigue un claro intento de desprestigiar mi gestión al frente de la entidad, que fueron 14 años en los que encabecé una lucha por ubicar a la FAA como la entidad de mayor representatividad y respeto del campo argentino, además de conformar una organización gremial de alcance nacional. Asimismo, esta pieza manifiesta la aviesa intención de hacerle un guiño al presidente actual, Omar Príncipe, que tergiversa el reclamo de los chacareros en pos de su funcionalidad al gobierno kirchnerista (principal verdugo del sector durante los últimos 10 años), exhibiendo una historia federada que miente y subestima el grito de rebelión de los chacareros argentinos.
En él se distorsionan los hechos que marcaron la revuelta histórica del campo durante el 2008… Sorprende que el actual presidente de FAA no aclare por qué fuimos parte de ese conflicto. Uno puede preguntarse: ¿Por qué no lo hace, si él mismo fue parte y su militancia en la entidad tomó visibilidad durante esa lucha?… A mí no me caben dudas de que es por los claros acuerdos que tiene con el gobierno kirchnerista. Entonces se presta para brindar una nueva foto (ahora en video) con la que la TV Pública se ocupa de dar promoción a la “nueva” FAA…
Además, el video desconoce la historia de FAA y del rol de nuestra entidad en la llamada Mesa de Enlace, que conformamos con el resto de las entidades agropecuarias. Es oportuno recordar que su primer antecedente data del año 1975, durante la presidencia de don Humberto Volando. Después asegura que el genuino reclamo de los pequeños y medianos productores del año 2008, se trató de un simple acuerdo entre dirigentes, cuando bien sabemos que fue un profundo y legítimo reclamo de la totalidad del campo argentino, más allá de sus históricas diferencias, y con una multitudinaria participación de miles de productores que no reparaban ni en origen ni en tamaño.
En este sentido, deberíamos tener cuidado de no caer en anacronismos: si en los inicios de la historia de la FAA nadie duda de que su principal verdugo era la oligarquía y la entidad que la nucleaba, la SRA, nadie que haga una reflexión seria y verdadera de la historia de la entidad y del sector de los últimos 25 años, puede negar que en la actualidad el principal verdugo del sector es un modelo económico de concentración agropecuaria y exterminio de pequeños y medianos productores, donde el gobierno ha desoído sistemáticamente los reclamos de los chacareros, sin desarrollar una política agropecuaria distinta, proceso que comenzó con la década menemista y continuó con el kirchnerismo, a quienes hoy ciertos dirigentes federados se prestan como títeres, vaya uno a saber como contraprestación de qué insondables acuerdos.
Parece que después de varios años, la TV Pública, que ha devenido vergonzosamente en una propaladora propagandística del oficialismo, en su programa “Economía sin corbata” se acordó de que existe la FAA, una entidad que representa a los pequeños y medianos productores desde 1912. Esos mismos que el gobierno K no diferenció de los grandes productores al aplicar la resolución 125 en 2008, generando una protesta generalizada, espontánea y legítima de la pequeña burguesía agraria como reclamo, reclamo del cual, como dije, el mismo Omar Príncipe fue parte activa, a pesar de que ahora pareciera que los tentadores arreglos con Axel K le afectaron la memoria.
Para concluir, es una verdadera vergüenza que la dirigencia actual esté llevando a la FAA a cumplir un papel de llamativa obsecuencia con el gobierno, aún muy a pesar de los propios chacareros, entre los cuales existe un creciente malestar con las políticas del gobierno y con la conducción federada. La entidad está atravesando una progresiva crisis de representatividad, tanto externa como internamente, con una legitimidad cada vez más endeble entre los chacareros por no representar sus intereses; y marcados síntomas de macartismo entre sus empleados por persecución política. Prácticas muy ajenas a la prestigiosa historia democrática, plural e inclusiva de la tradicional Federación Agraria Argentina.
Una verdadera lástima. Pero no tengo dudas de que antes o después la historia lo juzgará.
Por Eduardo Buzzi. Dirigente agropecuario
