“El que se quema con leche ve una vaca y llora”, probablemente sea uno de los refranes de raigambre agropecuaria más famosos en Argentina, y puede aplicarse a los productores que al solo escuchar la palabra “La Niña” encienden todas las alertas.
Sucede que todavía está fresco el recuerdo del desastre productivo que fue la campaña 2022/23, como consecuencia de la presencia de este fenómeno que, entre otras cosas, provocó una sequía que derivó en la peor cosecha de soja en 22 años.
En este marco, desde marzo se vienen publicando diversos reportes que marcan la posibilidad cierta del retorno de La Niña a partir de finales del invierno y comienzo de la primavera, y que se van confirmando a medida que avanzan los meses.
“La Niña: más que confirmada: la nueva emisión del pronóstico oficial internacional valida más que nunca el arranque de un nuevo evento La Niña en primavera”, señala, por ejemplo, el último reporte de la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA).
Sin embargo, trae una señal de alivio: todo indica que el fenómeno será “débil”, en línea con lo que había expresado durante el Congreso Maizar el experto del INTA, Pablo Mercuri, lo que significa que el déficit de lluvias asociado a La Niña no sería tan grave.
LOS DATOS DE LA NIÑA
“El Niño va menguando, según estaba previsto. A su vez, importantes indicadores oceánicos y atmosféricos se van alineando con condiciones ENSO-neutrales. Todos los modelos de predicción del IRI (International Research Institute / Columbia) pronostican condiciones neutrales para el trimestre en curso (mayo-junio-julio de 2024)”, explica la ORA en su informe semanal.
En este marco, vale aclarar que estas predicciones no se realizan para cada mes, sino para trimestres solapados. Así, los pronósticos indican que persistiría el estado neutral en el Pacífico ecuatorial central durante la temporada de invierno 2024.
Así, La Niña se convierte en la categoría más probable en el trimestre julio-agosto-septiembre de 2024. Para entonces, se estima que la probabilidad de este evento alcanza el 65% (Neutro 34%, El Niño 1%).
“Desde ese trimestre y hasta el último que abarca la previsión (enero-febrero-marzo de 2025), el estado más probable sería La Niña”, confirma el estudio.
No obstante, también subraya que “no debe confundirse la probabilidad de ocurrencia, que como se dijo es muy alta, con que necesariamente la intensidad del fenómeno sea fuerte”.
Técnicamente, para que el enfriamiento del Pacífico ecuatorial se considere La Niña, debe superar 0,5°C; es decir, más de medio grado por debajo de lo normal. En tanto, si el enfriamiento se ubica entre 0,5°C y 1°C, se considera un evento débil.
“Por el momento, esto último es lo previsto, ya que el promedio de los 28 modelos numéricos internacionales más reconocidos da un enfriamiento máximo de 0,75°C en el trimestre noviembre-diciembre-enero”, trae alivio la ORA.