El ordenamiento territorial adquiere importancia las intervenciones que apunten a la remediación de las áreas degradadas, por eso la Sociedad Rural de Jesús María (SRJM), en Córdoba, propone un sistema de manejo integrado al medio ambiente, según informó Terra.
Durante una mesa de diálogo en la Legislatura de la provincia, con el lema “conservar produciendo y producir conservando”, la institución planteó la importancia de mejorar las condiciones socioambientales del arco noroeste cordobés.
Sugirió modelos sustentables que se integren al medio ambiente mediante planes de manejo responsables y profesionales.
“Para evitar el desarraigo rural en el norte cordobés, tenemos que apostar a la sustentabilidad ambiental, productiva y sociocultural. Para ello, es necesario un plan de manejo que apunte a la capacidad de resiliencia de las zonas degradadas”, advirtió Carlos Arnold, asesor técnico de la SRJM.
Siguiendo esa línea, la entidad dejó en claro su postura: lo intangible no sería el bosque en sí, sino el servicio ambiental que éste provee.
En ese sentido, la mano del hombre resultaría fundamental en estos casos para generar mejores sistemas de equilibrio en el norte de la provincia.
Si se pretende proteger y enriquecer los bosques nativos, se debe contar con una estrategia integral más allá de la clausura arbitraria y sin manejo.
Reconocida a nivel mundial, la teoría de estados y transiciones permite entender que la intervención apropiada de un sitio es una herramienta segura para la conservación y recuperación de un ambiente.
Además, es importante fomentar la extensión y la capacitación a técnicos, productores, ambientalistas, tomadores de decisiones y a la ciudadanía en general, “difundiendo elementos técnicos y experiencias llevadas a cabo en el marco del manejo sustentable”, dijo Arnold.
Para aplicar esos modelos, es necesario que la Provincia revea el mapa sobre ordenamiento territorial de los bosques nativos, fue una de las conclusiones.
“Según las recomendaciones del Consejo Federal del Medio Ambiente, los matorrales y fachinales abiertos deberían ser excluidos. Estos ambientes, que hoy son expresiones degradadas de un monte, han perdido una de las funciones básicas de cualquier ecosistema como es la capacidad de infiltración”, señaló Arnold.
En ese sentido, las intervenciones resultarían esenciales para remediar estas zonas degradadas, a través de pasturas que busquen recuperar la cobertura de los suelos.