En el marco de una jornada ganadera que se desarrolló en la Sociedad Rural de Jesús María (Córdoba), el analista ganadero Víctor Tonelli proyectó las expectativas para los próximos años, a partir de una serie de factores limitantes para la producción.
Más allá de los problemas específicos de la ganadería a nivel productivo, en los últimos cuatro años el escenario internacional provocó incertidumbre y volatilidad a partir de una serie de factores.
Así, la Peste Porcina Africana, la pandemia de Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania y los problemas financieros y bancarios en Estados Unidos también forman parte de la agenda ganadera.
A estos factores de coyuntura, la crisis climática y ambiental está cambiando la forma en que se producen y consumen los productos ganaderos.
Para Tonelli, los productores ganaderos y los consumidores deberán adaptarse a estos cambios, tanto para asegurar la sustentabilidad productiva como para satisfacer a consumidores cada vez más exigentes y no perder mercados internacionales.
En la ganadería, los efectos de la sequía se prolongan a pesar de las lluvias
EL ESCENARIO PARA LOS VIENTRES
En su disertación, durante el evento organizado por el laboratorio CDV, Tonelli explicó que la merma de recursos forrajeros reducen los niveles de producción ganaderos y generarán una presión alcista en los precios.
“El mercado de Argentina ha sido un claro ejemplo de cómo la seca es el factor que más ha impactado en el resultado del negocio”, sostuvo.
El analista puso números a esta situación y detalló que la sequía afectó a casi el 80% del stock vacuno argentino, que se traducirá en una baja de preñez de 6% a 8%.
“Esto representa alrededor de 1,5 millones de vacas adicionales vacías que provocarán una caída de alrededor de 1,3 millones de terneros menos, impactando negativamente sobre los resultados del 2024”, advirtió.
UN MERCADO SOBREOFERTADO
Para Tonelli, este alto volumen adicional de vientres improductivos generó una sobreoferta en el mercado y presionó la faena de vacas, que en el primer trimestre de 2023 creció un 27% interanual.
En paralelo, señaló que a diciembre 2022, el stock de terneros llegó a 15,4 millones de cabezas, una de las cifras más elevadas de los últimos diez años.
“Los productores se ven obligados a liquidar para generar un mayor equilibrio entre oferta y carga y esto provoca una baja de precio de entre el 5 y 10%”2, consideró.
Por otro lado, consideró que este escenario genera oportunidades para los engordadores a corral, a pesar de la suba del maíz. “Los corrales están llenos y con un nivel muy superior, en el primer trimestre han superado un 37% lo cual también atenta contra la recuperación del precio del ternero”, concluyó.