Si esta sequía es peor, igual o menor a la del 2.008, creo es una discusión de poca importancia. Las sequías son todas malas. Pero esta, la que tenemos ahora, es la que tira por el piso nuestras expectativas de cosechar lo mínimo suficiente para seguir viviendo, produciendo y tributando. Mientras tanto el Estado todopoderoso pretende distraernos y desacreditarnos diciendo que no es tan grave, que no “dramaticemos”.
Es natural en todos nosotros sentir lo propio, lo que le está ocurriendo ahora, como lo más grave, lo limitante, y aunque hayamos pasado por situaciones similares, lo que nos afecta es lo de hoy, el problema actual es el que debemos resolver.
Sin dudas los problemas no se arreglan negándolos, el “no dramaticen la sequía” del Ministro de agricultura, muestra a las claras su desconocimiento de la realidad del campo. Él es Ministro de Agricultura por que es un “buen soldado del movimiento, y se lo merece” no porque sepa del campo o tenga alguna relación con el mismo. Es por eso que no comprende y ni siquiera imagina la angustia y la desazón que sufrimos los productores cuando vemos chamuscarse con la sequía dramatizada el fruto de nuestro trabajo. Y hasta el año próximo no hay solución. Hay que sembrar de nuevo y esperar que llueva. No es justo que se burlen de nosotros con declaraciones que en este momento son más que agraviantes.
La sequía es un fenómeno natural, no es culpa de nadie. Si es función indeclinable del gobierno hacer algo para mitigarla. Negándola no se ayuda, por el contrario se incita el nerviosismo de quienes la padecemos. Hace ocho años que este mismo gobierno se nos queda con una cosecha de cada tres en el caso de la soja, y una de cada dos en trigo y maíz (retenciones a las exportaciones + retenciones Moreno). Llegó entonces el momento de asociarse en las pérdidas suspendiendo las retenciones.
Tenemos motivos más que justificados para pedir esto, y el gobierno no tiene ninguno de los que siempre esgrimió para sostenerlas; “la mesa de los argentinos” está más que asegurada, los precios internos de los alimentos son los más altos del mundo, por ende no debieran aumentar, el escenario de bonanza que nos cuenta y nos vuelve a contar entre aplausos nuestra Sra. Presidente no justifican mantenerlas.
¿Entonces que esperamos, no poder mantener a nuestras familias, o el próximo ciclo productivo? No; las acciones directas para aliviar al campo las precisamos ya, no cuando sea tarde. No queremos subsidios mal repartidos característicos de esta administración, no queremos dádivas que duran menos que los fuegos artificiales que se organizan para su entrega, no queremos que el INTA nos proponga sembrar maíz de segunda, como si en la Argentina Kichnerista estuviera asegurada la no ocurrencia de heladas temprana.
Queremos lo que es nuestro, queremos que se suspendan las retenciones y se liberen los mercados eliminando ROES y otros impedimentos. La sequía va a terminar con una lluvia, pero el saqueo del gobierno al campo tiene mucho por delante todavía.
No bajemos los brazos y no avalemos con nuestro silencio la peor política agropecuaria que nos tocó en suerte. El gobierno debe cambiar su actitud, y está en nosotros exigirlo.
*Productor agropecuario