Una de las problemáticas que mantiene viva la sequía y la aguda falta de precipitaciones en la soja, son las plagas.
Aquellos lotes sembrados luego de una precipitación esporádica y que, a posteriori, no recibieron abundantes aportes de lluvias mantienen una alta susceptibilidad al ataque de trips.
De acuerdo a los datos de los monitoreos ya se observa el típico “plateado” en los folíolos del cultivo, causados por este insecto cuyo ataque se extendería durante el ciclo vegetativo y reproductivo, si las condiciones climáticas actuales no tienen a modificarse sustancialmente.
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Una de las especies de trips más abundante en soja es Caliothrips phaseoli, acentuándose su incidencia en períodos de baja humedad relativa y altas temperaturas, lo que puede generar pérdidas de rendimiento en el cultivo que varían entre 10% y 25%.
INVESTIGACIÓN
Aunque el mayor período de susceptibilidad en el cultivo ante esta plaga se inicia durante el período reproductivo, su presencia tan temprana puede significar mayores pérdidas de rendimiento debido a que están dadas las condiciones medioambientales predisponentes (temperatura y humedad) para el aumento poblacional.
De acuerdo a un trabajo científico publicado por los expertos Ulises Gerardo; Santiago Ferrari; Diego Giovanini; Ana Crenna; Jorge Giuggia; Damián Giordano y Claudio Oddino, existe desconocimiento entre los profesionales agrónomos sobre el registro de productos insecticidas y en qué momento del ciclo del cultivo son efectivos para el manejo de trips.
Así, para generar datos e información clara para el manejo de esta plaga, el grupo de trabajo realizó dos ensayos, en dos campañas consecutivas (2019/20 y 2020/21), que determinaron la eficacia de control de un conjunto de principios activos.
Las pruebas se llevaron a cabo en las localidades cordobesas de Melo (19/20) y Almafuerte (20/21). La experimentación partió de la determinación poblacional inicial de las larvas en una muestra de hojas del cultivo y, luego, se llevaron a cabo los respectivos conteos al primer día de realizados los tratamientos, así como también a la semana y a los 14 días de ser tratados.
El trabajo en ambas localidades implicó un testigo, sin insecticida, otra parcela tratada con Bifentrin (25%), con una dosis de 150 centímetros cúbicos por hectárea; otra con Clorantraniliprole (20%) con 30 centímetros cúbicos por hectárea, la cuarta con Clorpirifos (48%) a razón de 800 centímetros cúbicos por hectárea y el último tratamiento se hizo con un insecticida de Corteva, “Quintal Xtra”, Metoxifenocide (30%) + Spinetoram (6%), en una dosis de 120 centímetros cúbicos por hectárea.
CONTROL
Según los resultados observados por los expertos, al analizar la eficacia insecticida se observó la performance superadora de Quintal Xtra en el control, el cual se diferenció significativamente de los demás tratamientos, en ambas localidades y para todos los momentos de evaluación.
De acuerdo a las observaciones de los especialistas, la consistente reducción en la abundancia de larvas de trips con el insecticida de Corteva fue significativa en ambos ensayos hasta los 14 días de la aplicación y basado en la muy buena performance que presenta el principio activo para el control de este insecto.
Por su parte, esta eficacia se correlacionó con el rendimiento, observándose un incremento en el rinde del orden del 13,5%, respecto al tratamiento testigo (no tratado con insecticida).
En números, para Melo, el tratamiento con Quintal Xtra logró un rinde de 3.527 kilos por hectárea, muy por encima del testigo que consiguió 3.076 kilos. Una ganancia de kilos similar ocurrió en Almafuerte: 3.727 kilos versus 3.318.