Avanza una campaña en la cual aun no se desarrollan grandes problemas sanitarios, exceptos aquellos que proliferan muy asociados a la sequía, como son algunas plagas.
Santiago Lorenzatti es un reconocido técnico del sudeste cordobés, integrante de Aapresid. Recientemente, repasó algunas medidas o aspectos de protección para el manejo integrado en la sanidad de la soja.
Según el técnico, que brindó una charla en “Agenda Aapresid”, un sistema de producción diverso evita que se generen ambientes favorables para que una única especie actúe como maleza, plaga o enfermedad. La diversidad también se puede generar mediante la planificación de los factores culturales.
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Al respecto, dice que la base del manejo integrado es el conocimiento del sistema, no sólo de la ecofisiología del cultivo, sino también de la biología de la plaga y de las condiciones ambientales que influyen en esa relación.
De esta forma, además de elegir distintas variedades con determinadas resistencias o tolerancias a una enfermedad o plaga, se pueden variar las fechas de siembra, densidad y distanciamiento entre hileras, para favorecer más al cultivo que a las adversidades bióticas y ubicar el período crítico de la soja en distintos momentos del verano.
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Pasos clave
En lo que hace al manejo de la plagas es decisivo el monitoreo.
De acuerdo a Lorenazatti, en lo que hace a insectos, la tarea comienza recorriendo el lote antes de que esté el cultivo, ya sea que se trate de un barbecho o un cultivo de servicio.
“Hay que registrar las especies que se observan, para luego ver su evolución con el cultivo instalado. Mediante estaciones de muestreo, se utiliza el paño vertical para cuantificar isocas, ver su distribución en el lote y el daño asociado”, dice.
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En el caso de las enfermedades destaca la importancia de la anticipación.
“Con la aparición de signos o síntomas, ya que en ese momento es probable que el daño económico ya esté hecho. Si las condiciones ambientales son favorables para el patógeno, es probable que haya que hacer uso preventivo de funguicidas”, aconseja el asesor.
Con la sequía, la situación es muy compleja. Los cultivos presentan una baja capacidad de resistir a enfermedades y plagas y, a su vez, aparecen las especies oportunistas que mejor se adaptan a esta situación, como trips y arañuelas.
Sin embargo, Lorenzatti insiste en que con “la diversificación se pueden cubrir diversos frentes y evitar mermas en rendimiento y calidad por parte de las adversidades abióticas”.
Aguantando la seca pic.twitter.com/GlmiPU2Mz6
— Santiago Lorenzatti (@sanlorenzatti) December 8, 2022