En la Argentina se realizó la primera zonificación agroclimática del pistachero. Una iniciativa propuesta por el INTA que generó información clave para la toma de decisiones, en un contexto de auge de la producción de pistacho en la que, en los últimos cinco años, la superficie dedicada a este cultivo creció más de un 500%.
Originario del Medio Oriente, el pistacho llegó a la Argentina en 1980 de la mano de dos productores de San Juan que trajeron material vegetal desde Irán y California, Estados Unidos.
Desde ese momento, las hectáreas implantadas se multiplicaron, puntualmente en el sur de San Juan y el norte de Mendoza.
Actualmente, San Juan cuenta con 6.500 hectáreas dedicadas a la producción de pistacho, lo que representa el 87% de la superficie cultivada en el país.
Según explicó Eduardo Trentacoste, especialista en fruticultura del INTA La Consulta, Mendoza, “a partir de las demandas recurrentes de los productores, se sistematizó una década de datos meteorológicos e información fenológica del pistacho y se realizó la primera zonificación agroclimática de la variedad de pistacho Kerman -la más difundida en el país”.
UNA HERRAMIENTA CLAVE PARA EL PISTACHO
En este marco, este documento de libre acceso del INTA es una herramienta clave de apoyo para la toma de decisiones de los productores respecto a este frutal.
“El mapa aporta conocimiento para hacer más redituables las inversiones del sector privado, al reducir los riesgos y tener mayor probabilidad de éxito en la producción de un cultivo en auge con un consumo en alza”, aseguró Trentacoste.
El mapa sugiere que, en la Argentina, la zona agroclimáticamente apta para la producción del pistacho abarca una franja que conecta el sur de San Juan, el norte-centro-este de Mendoza, el sur de San Luis y el centro-sur de La Pampa.
Luego, otras zonas de estas mismas provincias presentan una aptitud media o condicionada, lo que significa que algunos años la producción puede verse comprometida.
EL POTENCIAL ARGENTINO DEL PISTACHO
“Las casi cinco décadas que cuenta el pistacho en la provincia de San Juan, donde sigue prosperando, dan prueba de la aptitud de la zona”, detalló el especialista, al tiempo que reconoció el potencial de La Pampa en el caso de ser necesaria la expansión del cultivo.
Según detalló Luján Masseroni, jefa del INTA 25 de Mayo, La Pampa, la provincia es una zona con mucho potencial por sus condiciones agroecológicas y por contar con un recurso fundamental como es el agua.
En este punto, Gonzalo Sánchez, investigador del Conicet y del INTA San Juan, señaló: “Es sabido que el pistachero es tolerante a déficit hídrico, por la profundidad que alcanzan sus raíces y por sus adaptaciones anatómicas en las hojas, lo que lo hace un cultivo interesante para zonas áridas. Sin embargo, para alcanzar altas producciones, la disponibilidad de agua es clave”.
El mapa final, que sugiere las mejores zonas del país para el cultivo en cuestión, resulta del cruce de cuatro mapas:
- Uno que define niveles de aptitud en base a la acumulación de porciones de frío (PF)
- Otro en base a la acumulación de grados hora de desarrollo (GHD)
- Otro respecto a grados días de desarrollo (GDD)
- Un cuarto que delimita áreas con diferente riesgo de heladas tardías, inferiores a -3ºC, durante el periodo de floración de los pistacheros.
El equipo técnico autor de esta zonificación, que para obtenerla realizó relevamiento y sistematización de datos meteorológicos, así como recolección de datos de fenología (seguimiento de la floración, crecimiento de frutos y madurez), estuvo integrado por: Eduardo Trentacoste (INTA La Consulta); Javier Chaar (INTA Guaymallén); Gonzalo Sánchez (CONICET, UNSJ, INTA San Juan); Franco Calvo (CONICET, IASO-UNdeC, La Rioja); Luján Masseroni y Paolo Sartor (INTA 25 Mayo, La Pampa).