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La protesta también fue contra AGD

La defensa de las retenciones móviles que el senador nacional y director de la aceitera Aceitera General Deheza, Roberto Urquía, esgrimió durante el fin de semana, detonó la protesta de los ruralistas.

La defensa de las retenciones móviles que el senador nacional y director de la aceitera Aceitera General Deheza, Roberto Urquía, esgrimió durante el fin de semana, detonó la protesta de los ruralistas.
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“La gente se quedó muy molesta con las declaraciones de Urquía y propusieron bloquear la planta en Deheza”, comentó Agustín Pizzichini, presidente de la Federación Agraria de Córdoba.

El pasado martes 18, el cronograma de movilizaciones incluía “encaminarse a las puertas de las aceiteras para protestar en el ingreso”.

Alineado políticamente con el Gobierno (siempre se resalta su muy buena relación con Cristina), el legislador cordobés esbozó unos pocos creíbles (al menos así lo reflejaron los comentarios en el blog de Cadena 3) argumentos en favor de las medidas adoptada por Lousteau.

“Le da un horizonte de previsibilidad” y “es mejor que el sistema anterior”, fue lo que atinó a decir Urquía. Sin embargo, fuentes de Infocampoanalizaron que las declaraciones amigables de Urquía tenían un marco que afectaba directamente los intereses de la industria aceitera: en esos momentos se estaba negociando el aumento del diferencial de retenciones para las harinas proteicas, que originalmente Lousteau había fijado en 3% para las de soja y en 2% para las de girasol.

El mismo lunes, en el Boletín Oficial de la Nación se publicó una resolución elevando ese nivel a 4% respecto del poroto de soja y la semilla de girasol.

Ahora, con el aceite y las harinas tributando 4% menos de retenciones que el grano, la industria aceitera goza de un diferencial 14% superior al que tenía históricamente (incluso durante la convertibilidad cuando se eliminaron las retenciones), de 3,5%.

Ya en febrero de 2007, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa se había pronunciado en favor de la eliminación de ese diferencial.

“Carbap reclama la finalización del subsidio de 3,5% con que es beneficiada la industria aceitera y que fuera implementado en su momento para lograr la conformación de una industria moderna y competitiva”, decían los ruralistas.

“Pero ahora, la industria aceitera argentina industrializa soja paraguaya y exporta poroto argentino sin procesar, lo cual muestra el contrasentido existente en detrimento del sector primario”.

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