El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez, quedó en el ojo de la tormenta en las últimas horas luego de que la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios informara el cierre por tiempo indeterminado de las exportaciones de harina y aceite de soja.
Sucede que hace menos de dos semanas, el propio Domínguez había asegurado de manera tajante en una conferencia de prensa que el Gobierno no tenía previsto modificar ninguna política relacionada al comercio exterior de granos y subproductos argentinos.
MIRÁ Lluvia de críticas de la oposición (y hasta de un “aliado”)
“No va a haber cierre de exportaciones y no va a haber aumento de retenciones. Son decisiones que el Presidente definió como eje de trabajo y son tareas que me delegó. Hay que despejar incertidumbres y miedos, estamos muy seguros de lo que estamos haciendo”, dijo el 2 de marzo el funcionario.
Y añadió: “Incluso con la sequía que tenemos, le hemos presentado al Presidente que aun con las pérdidas de rendimiento que hemos tenido el escenario más conservador es que la Argentina va a exportar en dólares la misma cantidad que en 2021. Ese esquema se mantiene, no hay ninguna situación que nos indique que ese escenario ha cambiado”.
MIRÁ Coninagro: “Este es un Gobierno mezquino”
También reconoció en ese entonces que “otros funcionarios tienen el derecho a opinar, pero este Ministerio cuida el interés de los productores. Lo he dicho claramente, que el productor no puede ser la variable de ajuste”.
Esto en referencia a la presión permanente que ejerce el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, y que sería quién está ganando la pulseada en este momento, así como también el ministro de Economía, Martín Guzmán, que estaría echando a mano de este recurso ante la necesidad de recursos fiscales.
