En el sector de los ovinos, sin lugar a dudas la región productora por excelencia es la Patagonia argentina. Pero en los últimos años, el desarrollo de la actividad se extendió a otras regiones geográficas, como por ejemplo el norte de Corrientes.
Daniel Romero, referente de la Mesa Ovina en Coninagro a nivel nacional, explicó cómo se está desarrollando la actividad productiva de la cadena ovina, y cómo la integración de productores asociativos contribuye al desarrollo local de la actividad, aún en zonas no tradicionales.
“La cría y producción de ovinos es una alternativa consolidada. El norte de Corrientes es una zona no tradicional para esta actividad, pero el ovino siempre está presente. La actividad merece ser empoderada y agregarle valor”, sostuvo Romero.
En este punto, consideró que desarrollar la actividad ovina en esas latitudes requiere de asesoramiento técnico y profesional, tal como cualquier actividad ganadera y de emprendimiento.
Romero detalló cómo es el trabajo que llevan a cabo para expandir la actividad. “Tenemos diferentes razas y cruzamientos que se adaptan a campos y climas subtropicales como los de esta zona”, explicó.
Y agregó: “Empezamos a incorporar las razas netamente carniceras, ya teníamos razas de la zona que son de lana, pero se fue perdiendo el oficio de la esquila por no tener referencia en el precio de la lana”.
Producción cooperativa de ovinos en zonas “no tradicionales”, una alternativa de desarrollo local
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— CONINAGRO (@CONINAGRO) December 22, 2023
LA IMPORTANCIA DE LA CAPACITACIÓN
El referente de Coninagro también es médico veterinario y en este sentido subrayó la importancia de capacitarse para estar actualizado en materia académica y poder aplicar esos conocimientos en territorio.
“Este año hice una diplomatura en producción ovina en la Universidad de Lomas de Zamora, abarcando todos los eslabones de la actividad, algo que es importante sobre todo en estas zonas que son no tradicionales en cuanto a la actividad de ovinos, los productores no tienen muy incorporado el canal comercial, entonces es importante capacitarse para encontrar una alternativa rentable”, remarcó.
Romero destacó que esta cadena de valor enfoca sus esfuerzos a trabajar en sanidad, innovación en genética, producción, comercialización, y fundamentalmente sobre el posicionamiento de la carne ovina en las góndolas.
“Debemos concientizar al consumidor de que no solamente podemos consumir cordero en determinadas fechas del año, como las fiestas navideñas, sino tenerlo presente todo el tiempo, así como sus diferentes presentaciones y cortes”, destacó.
Sobre este tema, enfatizó que apuntan a transmitir que hay una gran variedad de comidas en donde se puede aplicar la carne ovina. Se trata de una carne versátil, que tiene muchas cualidades y propiedades saludables.
Con respecto al déficit de oferta que existe de esta carne, estimó que en algunas ocasiones, las razas tradicionales tienen épocas de producción. Al no contar con un circuito formal y con centro de faena regulado, esa informalidad limita los canales comerciales del productor.
“Necesitamos lograr que el productor entienda que la producción ovina es también una alternativa rentable económicamente y que se pueda romper esa barrera, uniendo productores con entidades e instituciones. Ahí el cooperativismo está jugando un rol fundamental”, concluyó.