En las huertas suele ser frecuente la presencia de mosquitos inofensivos que suelen habitar las zonas con pastizales o lugares abiertos. Sin embargo, la potencial presencia del Aedes Aegypti, una especie de la familia de mosquitos, vector de enfermedades tales como dengue, fiebre amarilla, zika y chikunguña, entre otras, requiere extremar los cuidados en la acumulación de agua, en especial, en las huertas.
En esta línea, Francisco Pescio, técnico del INTA AMBA del ProHuerta, recalcó la importancia de “evitar la acumulación de agua en todas sus formas”, dado que los mosquitos tienen cuatro etapas de desarrollo en su vida: huevo, larva, pupa y adulto. “Necesitan el agua para completar sus ciclos de vida”, aseguró.
Entre las diversas recomendaciones para evitar su acumulación, Pescio subrayó la necesidad de “descacharrizar la huerta y evitar depósitos de agua, aún los pequeños”. y agregó: “Debemos sacar recipientes, cubiertas de vehículos, hierros viejos o restos de electrodomésticos, así como las lonas plásticas o trozos de polietileno descartados de los invernáculos”.
Además, señaló que “hay que prestar especial atención en el sistema de riego, zanjas, regaderas o depósitos de agua”. Es que, de acuerdo con el especialista, “todos estos lugares, por mínimos que sean, son usados por los mosquitos para depositar sus larvas y completar, así, su desarrollo”.
En el caso de contar con espejos de agua artificiales, tales como las piletas de material o de lona, el técnico aconsejó “vaciarlas o agregarles lavandina o bien fauna benéfica, como ser especies de peces tales como las madrecitas, carpas u otras que puedan vivir con bajos tenores de oxígeno”.
¿Qué es el dengue?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el dengue es una infección vírica transmitida por la picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes. Hay cuatro serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4).
El mosquito se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas. Los síntomas aparecen entre los 3 a 14 días después de la picadura infectiva.
Los síntomas son fiebre, acompañada de dos de los síntomas siguientes: dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
No hay tratamiento específico del dengue pero la detección oportuna y el acceso a la asistencia médica adecuada disminuyen las tasas de mortalidad por debajo del 1%.