“Así da gusto volver”, habrá pensado Miguel Campos en su primera semana de trabajo luego de las vacaciones. Además de la noticia de la OIE, los técnicos de la Secretaría de Agricultura le acercaron los últimos datos sobre la evolución de la campaña que muestran que, salvo algún cataclismo, estamos en las vísperas de la mayor cosecha de la historia: alrededor de los 80 M de t.
Esto bastó para cambiarle el humor a un funcionario que debe pelear para salir de la encrucijada planteada por los semilleros por el tema de las regalías (ver pág. 5) y por parte de los frigoríficos exportadores que lo están zamarreando judicialmente por la distribución de la cuota Hilton. “¿No hay otro tema para el periodismo que no sea ese? ¿Nadie va a hablar sobre el crecimiento de los negocios ganaderos fuera de la cuota?”, disparó más que preguntó en su ya reconocido tono vehemente días pasados en una charla informal con periodistas. Los últimos números oficiales parecen darle la razón a Campos. Antes de tener el nuevo status sanitario de la Argentina, ya se habían abierto 30 mercados. Y la facturación por exportaciones vacunas (poco menos 500.000 t) creció de los u$S 600 M a más de u$S 1.000 M en el 2004.
Y esto sin contar China. Hacia allí partirá la semana próxima una delegación presidida por el subsecretario Claudio Sabsay para seguir negociando, ahora con un nuevo status.
Los chinos ya demostraron su interés por la genética lechera. “No se preocupen por los protocolos, de eso nos encargamos nosotros”, les dijeron los funcionarios asiáticos a sus pares bonaerenses cuando visitaron el país, el año pasado. China tiene 66 M de multimillonarios. Sí, son sesenta y seis millones de ABC1 deseosos de consumir carnes rojas. El actual consumo es de 3 kilos/habitante/año. Todo allí es para crecer. Pero primero hay que convencer a los propios, que son casi tan difíciles como los chinos. En ese contexto ¿no será hora de cambiar de paradigma y dejar de pelear por una baldosa -como la Hilton- aun cuando valga U$S 200 M? Porque se sabe que no habrá forma de sacarla del ámbito judicial. Y porque el desafío de llegar al millón de toneladas de carne de exportación, no es una ilusión. Y para eso, sólo hace falta más eficiencia en el manejo, no más stock, que hoy se ubica en unas 54 M de cabezas. En el ’79, una Argentina aftósica y que consumía 100 kilos/habitante/año (hoy 67 kg) exportó unas 970.000 toneladas. Y si bien no estaba Brasil en el mercado, los cebuinos no podrán disputarle terreno a la hacienda local. Por todo esto, ¿no es hora de marcar una nueva cancha?
Daniel Díaz
Editor de Infocampo
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