Mientras el mercado internacional exhibe desde hace meses valores más que competitivos para la leche en polvo (entre 5.600 y 4.700 dólares por tonelada), las exportaciones argentinas muestran en lo que va del año menor ritmo que en 2012.
La razón: la caída en el ritmo de la producción nacional de leche, que en enero llegó casi al ocho por ciento y que en marzo rondó el cinco por ciento respecto del mismo mes del año anterior. De acuerdo con datos oficiales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), entre enero y marzo los envíos de lácteos al exterior cayeron 24 por ciento respecto del primer trimestre del año pasado.
Durante el primer trimestre, las exportaciones de lácteos sumaron 86.809 toneladas, contra 113.761 toneladas durante igual período de 2012. Desde la industria aseguran que las causas de esta caída hay que buscarlas en la menor producción de materia prima.
Según publicó La Voz del Interior, luego de un 2011 con récord de producción y sin fenómenos climáticos adversos, el año pasado había comenzado con la misma tendencia y con pronósticos de mejorar los registros. Sin embargo, la falta de estímulo del precio pagado en tranquera de tambo, agravada por la suba de costos, en especial del maíz y la soja, llevó al productor a reducir la alimentación de las vacas. La consecuencia fue una menor producción lechera.
A esta coyuntura económica se sumaron las inundaciones en algunas cuencas lecheras, como en el oeste bonaerense y zonas de Santa Fe y Córdoba. En este escenario, el resultado productivo de 2012 fue en rojo.
La tendencia negativa con la que terminaron los últimos meses del año pasado continuó en los primeros meses de 2013, un período estacional que coincide con la curva de mínima producción. Mientras sucedía esto en el país, la sequía que afrontaba la isla norte de Nueva Zelanda impulsaba los precios internacionales a valores que llegaron hasta seis mil dólares la tonelada para algunas operaciones a futuro. Es que la mitad de la leche que se comercializa a nivel mundial sale de esta región de Oceanía.
Por su parte, la incipiente actualización del precio al productor, que se aproxima en algunos casos a 2,05 pesos por litro, permitiría poner en marcha nuevamente la rueda. En la industria confían en una recuperación de los volúmenes a partir del inicio del segundo semestre, y que se consolidará en los últimos meses del año. Las expectativas están puestas en cerrar 2013 con una producción mayor a 2012, con un incremento cercano al ocho por ciento.
Con un mercado interno bien abastecido y que no permite actualizar los precios (debido al férreo control sobre las listas por parte de la Secretaría de Comercio Interior), la exportación sigue siendo la opción más rentable que tiene la industria para canalizar excedentes.
Pero la tarea no es sencilla. Los industriales advierten que mientras el dólar oficial se actualiza por la escalera, la inflación en dólares sube por el ascensor. Además, muy pocas operaciones se pudieron hacer a los valores internacionales de los últimos meses, debido a que la mayoría tenía pendientes envíos a valores más bajos. También dificulta el negocio del comercio exterior la demora del Gobierno en la devolución de los reintegros. Hay pagos pendientes desde hace dos años.
Durante el primer trimestre, las exportaciones de lácteos sumaron 86.809 toneladas, contra 113.761 toneladas durante igual período de 2012.