Al burro lo trajeron los españoles. Por su gran memoria (puede ir y volver por el mismo camino sin perderes) y su resistencia, fue utilizado como animal de carga durante años y años. Y es inteligente. Para alimentarse se mueven por el terreno, cambiando de entorno según la âinvernadaâ y la âveranadaâ. Trepan la montaña para comer y cuando se acaban esas pasturas bajan a los valles para comerse lo que queda. En estos 400 no han tenido un depredador que les pusiera coto a sus andanzas. Por eso, hoy en los Valles Calchaquíes se calcula que hay unos diez mil burros comiendo en los sembrados. El burro es un animal que pertenece a los equidos, sus extremidades terminan en un sólo dedo cubierto por una pezuña ancha, por eso su pisada contribuye a la desertificación del lugar, a diferencia del animal autóctono, como el guanaco, que posee una almohadilla plantar, que es suave y no gasta el suelo. Cuando cme, el burro también desertifica, porque arrastra desde la raiz.
Hace ya muchos años que el problema del burro existe en nuestro país. Tanto que el Senasa se planteó la posibilidad de aplicar el rifle sanitario. Ahora, en el Parque Nacional Los Cardones, se decidió capturarlos. Vaquianos especializados âunos 40 gauchos- con dos caballos cada uno, cruzan montañas y quebradas, soportando lluvia, frío y viento para hacer la âcorridaâ de burros. La tarea â que recién empieza- podría durar meses y años. El Federal viajó con ellos y da cuenta de la ordalía en la nota de tapa.