Joaquín Arzubi Borda y Julián Torres son dos amigos y colegas agrónomos que se recibieron de la Universidad del Salvador.
Luego de recibirse, emprendieron un viaje al exterior. Se encontraron en Australia y “allí empezamos a pensar en este proyecto. Si bien teníamos la posibilidad de seguir desarrollándonos como profesionales allá, tomamos la decisión de volver nuestro país, y desarrollar la idea acá”, le contó Arzubi Borda a Infocampo.
“Juli se fue a Rotorua, Nueva Zelanda a perfeccionar su conocimiento de los pastos, y yo me volví a hacer una Especialización en Teledetección y Sistemas de Información Geográfica en la EPG de la UBA”, agregó.
En este marco surgió la idea de emprender “Kelpie”, la empresa que provee un servicio de medición de forraje utilizando sensores terrestres y tecnologías GIS.
“El motivo por el cual encaramos este proyecto es, fundamentalmente, porque vimos la necesidad y entendimos el valor de cuantificar el forraje, que es sin duda, una de las patas más importantes de la producción ganadera. De allí la idea de desarrollar un servicio para la solución a este problema”, detallaron los profesionales.
La Máquina
Mediante la utilización de un sensor terrestre C-Dax, calibrado con método propio y tecnología GIS, se logra conocer con alta precisión la disponibilidad instantánea de forraje (expresada en Kg de Materia Seca), información clave para la toma de decisiones y la eficientización del recurso.
“Por medio de este método que generamos, logramos una correlación altísima, que nos permite determinar punto a punto la disponibilidad de forraje” sostuvo Arzubi Borda.
Una vez calibrada la máquina, se va midiendo el lote y cada punto medido es georreferenciado por medio de una consola que registra los valores y los muestra en una pantalla, permitiendo ver el valor de disponibilidad instantánea o el promedio de la recorrida según uno quiera.
“La información guardada y georreferenciada es pasada por bluetooth a la computadora y ahí es donde nosotros a través de softwares GIS, procesamos los datos para armar un mapa de disponbibilidad por ambientes, generar las estadísticas y el resumen con las recomendaciones” explicó el ingeniero.
El objetivo de esta información es determinar, por potrero, la disponibilidad de forraje y la carga instantánea óptima. A la vez, por medio de la medición de oferta y remanente, se puede ver cual fue el consumo real de pasto y por ende su eficiencia de cosecha.
“Con el seguimiento continuo también logramos conocer las tasas de crecimiento que son esenciales para armar la tan querida ‘curva de oferta forrajera’, y lo interesante de esto, es que se genera para cada lote, de manera individual” concluyó Torres.
Método de trabajo
1. Reconocimiento del potrero y calibración del pasturómetro por medio de corte y pesado
2. Muestreo con el C-Dax (200 mediciones/segundo)
3. Georreferenciación y procesamiento en software GIS del recorrido efectuado
4. Análisis de la información
5. Presentación de informe con los resultados