A comienzos de 2012, en el marco de la denominada Mesa de Integración Nacional de la Maquinaria Agrícola, un grupo de empresas del sector prometieron a la ministra de Industria, Débora Giorgi, que comenzarían a reemplazar partes importadas por otras desarrolladas en el territorio argentino, según publica el sitio valorsoja.com.
El compromiso asumido por cada empresa quedó expresado en un documento por medio del cual se especifica cada componente por integrar en tractores (Agco, Apache, CHN, John Deere y Pull), cosechadoras (Claas, CHN y John Deere) y pulverizadoras (PLA y Pauny).
“Estamos capitalizando la oportunidad que cada vez más fabricantes locales se integren a la cadena de valor de maquinaria agrícola, ya sea como proveedores de equipo original, de partes globales o de piezas de reposición” dijo Giorgi en abril de 2012.
En noviembre de ese mismo año la ministra de Industria aseguró que “en la Argentina, ensamble no: es inquebrantable el objetivo para 2013 de una integración nacional de entre el 55% y el 60% para la maquinaria agrícola”.
Y en marzo de 2013 fue un poco más contundente: Giorgi pidió a los fabricantes de maquinaria agrícola la elevación del contenido de integración nacional en sus líneas de producción como condición para ser beneficiarios de los créditos subsidiados del Banco Nación. “Mi compromiso no es con una producción nacional de ensamble, sino con una producción nacional en serio”, afirmó la ministra.
La cuestión es que, a la fecha, ninguna de las empresas de maquinaria agrícola firmantes del documento registran un cumplimiento superior al 20% de lo acordado en 2012, según indican fuentes oficiales.
La empresa que había comprometido una mayor integración de piezas locales es la filial local de CHN con 93 partes (que incluyen desde tuercas hasta tubos de combustible y tapas de motores), seguida por PLA (40), Pauny (27), Pull (26), Claas (22), John Deere (20), Apache (17) y Agco (10).