El cultivo de maní es técnicamente una leguminosa y, por tanto, tiene una capacidad muy importante: la de fijar nitrógeno del aire, a través de la relación simbiótica con bacterias del género Rhizobium.
En general, suele ser uno de los nutrientes más importantes para garantizar una buena producción, por la gran necesidad que tienen las plantas del mismo, que se contrapone con la limitada habilidad de los suelos para suministrarlo.
“El nitrógeno proveniente de la fijación biológica (FBN) es sumamente importante y es complementario del que proporciona directamente el suelo. Por eso, es imprescindible hacer una inoculación de calidad”, destacan desde la empresa Rizobacter.
EL ROL CLAVE DE LA INOCULACIÓN
Por eso, la recomendación de esta compañía de cara a la siembra que está por comenzar es avanzar en el uso de inoculantes, para potenciar las semillas desde el arranque de la campaña y proyectar una cosecha con buenos indicadores.
Un aspecto importante a tener en cuenta es que el maní está en una constante búsqueda de ampliar la frontera productiva, y por eso suele sembrarse muchas veces en suelos que no tienen historial de ese cultivo, y en los que se impone como una estrategia muy necesaria la inoculación, ya que se logran obtener respuestas en rendimiento muy importantes en relación a no inocular.
En tanto, “en lotes con registro previo de maní, la práctica de inoculación se traduce principalmente en mejoras en la calidad, aumentando la relación grano/caja y la granulometría”, agregan desde la compañía con base en Pergamino.
PRODUCTOS
Bajo este panorama, la propuesta de Rizobacter se compone de dos productos:
Rizoliq LLI Maní. Se aplica en la semilla y permite hasta 45 días de preinoculado. Es un inoculante líquido, de práctica aplicación, excelente distribución y con altísima capacidad de sostener por más tiempo la supervivencia bacteriana sobre la semilla.
Rizoliq Surco Maní. Para los productores que deciden hacer la aplicación en el surco, es un inoculante líquido que acelera el proceso de fijación biológica de nitrógeno, permitiendo una excelente nodulación del cultivo.