El Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea dio a conocer un estudio sobre la inflación del sector alimentos y bebidas en Latinoamérica, que deja en claro que el fenómeno de aumento de precios es común a toda la región, pero es más grave en Argentina que en los países que la rodean.
El informe, elaborado por los economistas Juan Manuel Garzón y Tobías Lucero, tomó como parámetro de análisis lo sucedido en los siete primeros meses de este año y de los dos ejercicios previos (2020 y 2021), en 11 naciones latinoamericanas: Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Perú, México, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Bolivia.
MIRÁ Inflación sin freno: desde enero de 2020, los alimentos ya triplicaron su precio
“Las estadísticas confirman una aceleración de la inflación en alimentos en toda LATAM. Argentina, que venía con una tasa del 3,5% mensual en el 2021, ha subido al 5,8% en lo que va de este año, mientras que Latinoamérica (mediana 10 países) ha pasado del 0,6% al 1,2%”, expresa el documento
COMPARATIVA
Es decir, que la diferencia significativa se da en el orden de magnitud del proceso de aceleración: mientras que la tasa de inflación mensual ha subido en 2,3 puntos porcentuales en Argentina, en los vecinos de Latinoamérica lo ha hecho por bastante menos, sólo 0,6 puntos porcentuales.
“Si bien la inflación en alimentos se ha acelerado en toda la región, el problema inflacionario de Argentina es claramente muy superior al que tienen otros países: la inflación local es cinco veces más alta a la de la región (valor mediano); y esta brecha se hace más grande todavía en la comparación con algunos países: 9,8 veces la inflación de Bolivia, 6,7 veces la de Ecuador, 6,2 veces la de Paraguay”, ejemplifica el estudio.
Que el fenómeno inflacionario sea común a todos los países de la región es una muestra de que la suba de los precios internacionales de las materias primas efectivamente ha tenido alguna incidencia.
Sin embargo, ahora vienen en declive: la canasta de alimentos que monitorea la FAO, que se había encarecido un 19% en los primeros tres meses, muestra una caída del 12% desde entonces, con un ajuste muy fuerte en julio (-8,6%).
De allí que los países que están aplicando una política macroeconómica más restrictiva junto con la deflación de precios internacionales, están logrando reducir sus tasas inflacionarias: por ejemplo, Paraguay y Ecuador, de una tasa de inflación mensual del 1,0%-1,1% en primer semestre, bajaron al 0,2% en julio; Colombia, del 2,5% mensual al 1,2%.
PROBLEMAS LOCALES
Argentina va por camino contrario: de 5,7% promedio del primer semestre, subió a 6% en julio.
Un primer problema de nuestro país es que aceleró su tasa de devaluación, lo que dificulta el proceso de estabilización de los precios. Otros países, como Uruguay, Brasil, Perú o México, apreciaron su moneda en los últimos meses.
De todos modos, “el problema de Argentina está muy asociado a sus debilidades fiscales y a la incertidumbre respecto de la vocación y posibilidad del gobierno actual de corregir desequilibrios macroeconómicos varios”, remarcan Garzón y Lucero.
En el mes de julio varios países de la región lograron bajar la tasa de inflación respecto de la que traían en primer semestre (destacan Paraguay y Ecuador), las excepciones fueron Costa Rica (sorprende el número) y Argentina. pic.twitter.com/H9b4AUj8dk
— Juan Manuel Garzón (@Jgarzon02) August 24, 2022
Como primer botón de muestra, el déficit fiscal se ha mantenido, con un gasto público muy activo hasta la fecha, y además se han reducido sensiblemente las posibilidades de conseguir crédito para refinanciar las deudas del Estado Nacional.
En este escenario, el Banco Central ha quedado dominado por las urgencias y necesidades del tesoro, debiendo concentrarse en su asistencia y no en la prudencia monetaria.