El presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra), Daniel Urcía, aseguró que “la producción ganadera requiere de incentivos productivos para favorecer la recría y producción de novillos pesados”, por lo que las “autoridades nacionales y provinciales y representantes del sector privado trabajan en conjunto para encontrar las soluciones a los problemas” de la actividad.
“En la cadena de ganados y carnes es motivo de análisis sentar condiciones de fomento para alentar la producción de novillos. Esta categoría es la que más ha sufrido los embates de la anti-política ganadera llevada adelante por el Gobierno anterior y su recuperación, por distintos factores, es lenta”, expresó Urcía en un editorial que publicó en el sitio de la entidad.
En ese sentido, señaló que “el desvelo es encontrar un incentivo que resulte ‘efectivo’, que fomente la recría de una mayor cantidad de animales y que se le agreguen más kilos a los animales. Es necesario mejorar el ingreso de los productores ya que en el contexto económico actual los novillos no tienen el precio suficiente como para traccionar per se la recría y la terminación con kilajes propios de esa categoría”.
“Esa situación se evidencia en el documento de trabajo elaborado por el Lic. Miguel Jairala para la Comisión de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna – IPCVA, que resulta coincidente con una estimación que realizó el Lic. Juan Manuel Garzó de Ieral: ambos coinciden en estimar una faena de novillos para 2018 cercana a los 3 millones, lo que significa un crecimiento de sólo 10% por encima de la faena prevista para este año”, remarcó el dirigente ganadero.
Por último, consideró que “el crecimiento de las existencias de novillos será lento en tanto el mercado interno continúe demandando hacienda liviana y mientras se insista con limitar el peso de faena en 300 kilos tanto para machos como para hembras lo que hace que quienes engordan para el consumo doméstico compitan con los recriadores quitando oferta de machos y a su vez encareciendo su cotización lo que resta rentabilidad a la producción de hacienda pesada”.
“Por ese motivo, sostenemos desde FIFRA que se hace necesario adecuar los pesos mínimos de faena reduciendo el peso de faena de las hembras para, al menos, atender temporalmente la coyuntura, descomprimir la demanda por los terneros machos y así facilitar el ciclo de recría”, finalizó Urcía.